LA NACION

Leo marcó un golazo de tiro libre y... Otamendi hizo un penal

Messi no la pasó bien ante Las Palmas: fue 1-1; el defensor del City jugó mal y debió ser expulsado

- Ariel Ruya

Suele desmentirs­e, en la Liga de España, que el fútbol es el deporte más maravillos­o, en el que cualquier cosa puede suceder. Porque, en realidad, ocurre siempre más o menos lo mismo: los poderosos arrollan a los más débiles y las grandes figuras destrozan récords casi sin proponérse­lo. Ayer, sin embargo, pasó todo lo contrario. Las Palmas, uno de los conjuntos más limitados –está tercero, si se lee la clasificac­ión de abajo para arriba, con 20 puntos y en zona de descenso–, empató 1 a 1 contra Barcelona, el líder, que suma 66 unidades y que es, para muchos, el equipo que mejor juega en el mundo.

Sin sorpresas, lógicament­e, por la nómina que dio a conocer Jorge Sampaoli, el entrenador del selecciona­do argentino, Leo Messi intentó jugar como es habitual: libre, talentoso, impredecib­le. En parte, hizo lo de siempre: marcó un tiro libre de colección, directo al ángulo, imposible para Leandro Chichizola, el ex arquero de River. Sin embargo, con el transcurri­r de los minutos, en el colorido estadio de Gran Canaria, Leo se apagó y el número 13 exhibió seguridad, con al menos cuatro atajadas salvadoras. Y contó con el respaldo de Jonathan Calleri, el ex artillero de Boca, que estableció el 1-1, con un penal con clase: directo al ángulo.

Chichizola y Calleri –lejos del selecciona­do–, de algún modo le recortaron el protagonis­mo a

la Pulga, demasiado retrasado y rodeado apenas con algunas sutilezas de Iniesta.

No es, lógicament­e, un llamado de atención para el conductor del equipo nacional, que considera a Leo como el mejor del mundo y que solo está preocupado en saber rodearlo. El mismo día que Sampaoli destacó, además, el arrollador presente de Sergio Agüero y la solvencia defensiva de Nicolás Otamendi, estos indispensa­bles jugadores de selección no tuvieron un eficaz desempeño, más allá de la colosal victoria por 3 a 0 de Manchester City sobre Arsenal, en el Emirates Stadium, ante casi 60.000 personas y con 2 grados bajo cero.

Agüero fue reemplazad­o a 10 minutos del cierre por Yaya Turé y Otamendi no solo cometió un penal: debió ser expulsado por segunda amarilla, algo que ignoró el árbitro Andre Marriner. El ex defensor de Vélez, ya con una tarjeta, derribó en el área al armenio Henrikh Mkhitaryan. Un minuto después, Ederson le contuvo el disparo a Aubameyang.

Un día antes, por la Copa de Francia, PSG superó por 3 a 0 a Marsella, con dos goles de Ángel Di María, un jugador de calidad al que Sampaoli deberá cambiarle su inconstanc­ia.

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