LA NACION

Cuál es la nueva jerga de la ruptura amorosa

- Juana Libedinsky

Acabó febrero. Falta un año entero hasta el próximo San Valentín. no es del todo sorprenden­te que los medios estén hablando, sobre todo, de las relaciones que no funcionan tanto más que de aquellas con final feliz. Por lo pronto, esta semana The Guardian ya compiló los términos que marcarán el 2018 –al menos el 2018 de aquellos con problemas del corazón en el ciberespac­io–. ¿cuáles son las novedades? Todo el último tiempo se habló del ghosting, la forma de desaparece­r de escena como un fantasma. Dejar de contestar a los mensajes de texto, Whatsapp y Snapchat, no poner “me gusta” en las fotos de instagram, parar de comentar en Twitter o Facebook... Este nuevo año, el tema no solo seguirá, sino que se está sofistican­do.

Por ejemplo, para quienes consideran que el ghosting es muy brusco o moralmente inaceptabl­e, pero quieren terminar una relación del tipo que sea, pueden ahora, en vez, “gasparinea­r”. El término deriva del dibujito animado Gasparín, el fantasma amigable. implica desaparece­r de escena como en el ghosting, pero con unas palabras que previenen al otro lo que se viene y que demuestran buen corazón (y cortesía).

“Sos una gran persona, pero no hay chispa entre nosotros. aunque no sigamos en contacto, fue lindo conocerte”, es la formula típica, citada por el matutino, antes de que una de las partes se hunda en el más allá del teléfono móvil.

al que no le guste, igual puede salir de “cazafantas­meo” (ghostbuste­ring), término reminiscen­te de la película, que implica ir a buscar a quienes pasaron a alguna otra vida digital, de manera amigable o no. otras maldades digitales (que por supuesto tenían su antecedent­e en la vida real) son el breadcrubi­ng o “tiramigaje­o”. Es la gente que no desaparece de los medios sociales del todo, y ocasionalm­ente tira algún “me gusta” o pequeño comentario como una mísera migaja de pan a sabiendas de que el otro está hambriento. algo similar es “submarinea­r”: volver a la superficie cada tanto, dar señales de vida por un período corto, y luego volver a las profundida­des.

a fin de año el tema se vuelve literario. Según un estudio realizado en Gran Bretaña por el sitio web de citas eHarmony, uno de cada diez solteros es contactado digitalmen­te por un ex para las fiestas, y a la tendencia se la llama “hacerse el Marley”. El nombre viene de “Un cuento de navidad” de charles Dickens. Jacob Marley, el fallecido socio del protagonis­ta, Ebenezer Scrooge, aparece como un fantasma para decirle que su espíritu ha estado deambuland­o desde la muerte como castigo por no prestarles más atención a los seres queridos en vida. En la época en la que más afecta estar solo, muchos solteros reciben variantes de estos mensajes de parte de algún ex. Tras dar falsas expectativ­as, como todo fantasma, los Marleys vuelven a desaparece­r. Es la edad de oro de la jerga para el coqueteo online, y se populariza­rán muchos términos más. Quizá el castigo sea que los Gasparines, Marleys, submarinos y tiramigaja­s siempre podrán ser reemplazad­os, si no por mejores candidatos, al menos por términos más actualizad­os.

“Gasparinea­r” deriva del dibujito Gasparín, el fantasma amigable

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