La cocina de los créditos UVA
Los hipotecarios UVA son la respuesta a una economía con problemas estructurales: Alta inflación que genera que el crédito sea caro e inexistente. Por eso estos préstamos cambian la forma de endeudarnos tanto para el tomador como el colocador. Desde el banco: se garantiza durante toda la vida del crédito cobrar una tasa real positiva. Esto no es un dato menor, ya que en los últimos años, el sistema financiero “subsidiaba” al tomador del crédito ya que el dinero que prestaba lo hacía a través de una tasa fija que fue quedando por debajo de la evolución de la inflación. Esto ahora cambia absolutamente, el banco gana siempre y esto permite que se anime a prestar más dinero y a mayor plazo. Desde el tomador del crédito: Por lo menos en los últimos años, los que sacaron un crédito se beneficiaron del “subsidio” de los bancos, recordemos que en los últimos 10 años, hubo créditos a tasa fija menores al 10%, hasta un plazo de 30 años y la inflación de ese periodo superó el 20% cómodamente. Cualquier persona que haya sacado un crédito en la última década realizó un gran negocio ya que la cuota fue perdiendo importancia y relación con nuestro ingreso cayendo. ¿Qué es lo que cambia con los créditos UVA? Al ser un crédito que actualiza por inflación más una tasa real, se termina el “negocio” de comprar con un crédito barato o aprovechando alguna tasa subsidiada de un banco. Los créditos UVA se indexarán permanentemente, por lo tanto no cabe la posibilidad de “hacer un negocio financiero” comprando una propiedad con un crédito UVA. Estos funcionarán como lo hace cualquier tipo de crédito en donde su naturaleza no es hacer un negocio financiero, sino te da la posibilidad de comprar un bien hoy que sería imposible de lograr ahorrando todos los meses un poquito de nuestro sueldo. No estoy en contra de estos créditos UVA, pero es clave entender cómo funciona y los riesgos para que cada familia tenga en cuenta su situación particular.