Más de 50 años con el tango, entre La Boca y la escena europea
personaje. Guillermo Fernández vuelve a protagonizar Crimen pasional; con la obra, de Ástor Piazzolla, sumó prestigio, y ahora planea con ella una gran gira por España, Austria y Francia
su vida tiene alma de tango, aunque vivió también en los estados unidos, entre nueva York y Las Vegas. Con más de 50 años al compás de la música ciudadana, Guillermo Fernández admite que aprendió a cantar antes que a hablar. “siempre canté –asegura–. me contaba mi vieja que yo tenía casi dos años y me llevó al médico porque hablaba media lengua, pero cantaba perfecto, una cosa extrañísima. entonces el médico le dijo ‘no se preocupe, su hijo no tiene un problema, solo empezó a cantar antes que a hablar’”, recuerda.
a los seis se presentó a una prueba en el programa televisivo Sábados circulares y le cantó un tango a Pipo mancera, que decía: “Pa’ qué andar con vueltas, si es largo el rosario, cortado al despecho por una mujer…”. Pero le fue mal: “¿Cómo le van a hacer cantar un tango así a un nene de seis años? ustedes están todos locos, esto no va”, se indignó el presentador de Canal 13. Y Guillermito se puso a llorar.
La anécdota llegó a su fin cuando se le acercó un tipo que andaba por ahí, lo levantó en andas, lo acarició, le secó las lágrimas y le dijo algo que nunca más olvidaría: “no le des bola, pibe. este manya menos de tango que yo de cohetes espaciales”. aún no lo sabía, pero aquel gentil hombre era nada menos que Julio maría sosa Venturini, más conocido como Julio sosa, “el varón del tango”.
“‘si Julio sosa me dice que canto bien, debo cantar bien’, pensé. Y me dio una inyección de confianza tremenda”, recuerda más de medio siglo después del inolvidable encuentro.
más allá de los recuerdos, que son muchos y no tienen desperdicio, por estos días Guillermo Fernández protagoniza Crimen pasional –con producción del Complejo Teatral de Buenos aires–, adaptación escénica que surge de un ciclo de canciones con música de Ástor Piazzolla y libreto original de Pierre Philippe, muy bien acompañado por los bailarines Florencia segura y manuco Firmani y dirigido por un regisseur de prestigio como marcelo Lombardero. en el espectáculo, que aborda una historia truculenta sucedida en Francia en la década de 1930, Fernández interpreta a eugene Weidmann, el asesino serial alemán que llegó a ese país a mediados de la década de 1930 y sedujo y asesinó a una bailarina estadounidense en un caso muy renombrado de la época.
“es un monodrama, y lo más interesante fue ver cómo abordar el tema de la violencia de género en este momento tan especial, donde todos estamos tratando de poner la voluntad más férrea para que esto no pase más. este asesino serial no era más que un emergente de una sociedad perversa, como era la sociedad francesa de comienzos del 30. estaban pasando cosas muy pesadas en Francia, la prensa usaba el caso para tapar un montón de cosas que estaban sucediendo y el tipo se prestó para eso, era un emergente”, reflexiona Fernández, sentado a una mesa del bar La academia. Por este papel ganó el Premio Hugo al Teatro musical como mejor protagonista del género.
además, anticipa que el próximo 3 de abril emprenderá una gira de dos meses por europa para presentar 50 años con el tango, espectáculo con el que recorrerá junto a sus músicos el sur de Francia, nymes, Toulouse, París, Luxemburgo y Viena, y realizarán dos conciertos en madrid, milán y Varese. “soy como Los Chalchaleros, hace cuatro años que vengo celebrando los 50 años con el tango. esperan que aparezca un viejito y llego yo”, bromea Fernández, padre de tres hijos (Juan manuel, Federico y manuela) y abuelo de cuatro nietos, que por estos días reside frente al mercado de san Telmo junto a su novia, natalia Bazán.
en junio, también viajará a Puerto rico para presentar un tributo a Gardel, repertorio con todos los arreglos originales tal como fueron grabados por el zorzal criollo en sus películas, donde repasa distintos momentos e historias de su vida.
“el tango está pasando por un momento muy bueno en Buenos aires, hay muchos artistas nuevos interesantes que tienen una mirada diferente: músicos, poetas, cantantes, orquestas… y público también, pasa que no se ve porque no hay canales de difusión. Hay un tango de hoy que está naciendo del under, y tengo un buen presentimiento, porque creo que cuando las cosas nacen del under vienen para quedarse”, asegura.
Consultado sobre la forma en que se podría mejorar su difusión, sostiene que sería necesario dejar de tomar el tango como si fueran las Cataratas del Iguazú: “si lo van a tomar así mejor que usen presupuesto de Turismo. Creo que Cultura está para desarrollar a los artistas emergentes, aquellos que realmente pueden sostener esta nueva proyección. sueño con un programa cultural de barrios, que abra nuevos espacios, con músicos que aprendan a tocar en esos mismos barrios, con talleres de bandoneón, de orquesta de tango. me encantaría que el ministerio de Cultura, que hoy está bastante cerrado, acompañase todos estos movimientos barriales, que son muy fuertes y potentes, pero están guachos”.
Con sesenta años recién cumplidos, Guillermo Fernández trajinó por cantinas, teatros, tugurios del under y salones de cena show, se codeó de los más grandes y como un niño adulto fue testigo privilegiado de la historia grande del tango, siempre con su padre al lado. “estuve con d’arienzo, estuve con Piazzolla. Troilo fue mi maestro de repertorio; sebastián Piana, mi maestro de armonía; roberto Grela era mi maestro de guitarra; estuve con morán, con Tito Lusiardo, subí al escenario con Hugo del Carril. Pero sobre todo estuve mucho con el Polaco Goyeneche y con Floreal ruiz, porque los amaba, y ellos a mí. eran como mis abuelos y nos la pasábamos todo el día juntos, cantábamos mucho a dúo. Yo era muy feliz con ellos”, rememora.
¿Cómo fue crecer con el tango todos estos años? antes de partir, Fernández responde con una frase que alguna vez le dijo su gran amiga la negra Varela, que sintetiza en pocas palabras su sentir por la música ciudadana: “Cuando vos tenías seis años, el tango te eligió a vos; ahora vos elegís el tango, me dijo. Y es exactamente así. Con el correr de los años llegó el momento en que yo empecé a elegirlo, y ya no quise cantar otra cosa”.