Día de furia por la extradición a Chile de Jones Huala
El líder mapuche llamó a resistir al conocerse la decisión judicial; hubo 15 detenidos
SAN CARLOS DE BARILOCHE.– “Hagan lo que tengan que hacer. Al enemigo no se le discute, se lo destruye”, advirtió Facundo Jones Huala desde el pabellón Nº 6 de la cárcel de Esquel. Su voz se oyó nítida a través de un parlante que estaba a unos metros del Juzgado Federal de Bariloche, donde el juez Gustavo Villanueva acababa de notificarle –a través de una videoconferencia– de que finalmente iba a ser extraditado a Chile. La arenga encendió la ira de los manifestantes, lo que derivó en serios incidentes, con 15 detenidos.
Las protestas por la decisión judicial, que será apelada por la defensa de Jones Huala (ver aparte), provocaron la respuesta inmediata de los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que estaban apostados desde temprano frente al juzgado y lanzaron gases y balazos degoma contra un pequeño grupo que arremetió con palos y piedras contra los agentes.
Capitaneados por Matías Santana, quien tuvo un rol protagónico y polémico como testigo en la desaparición de Santiago Maldonado, los manifestantes empezaron a pegar palazos a los efectivos de la PSA, con unos bastones con una forma similar al de un palo de hockey.
A Santana se sumó un pequeño grupo y la respuesta de los policías también fue dura. En medio de la concentración, donde había ancianas y niños, lanzaron decenas de gases lacrimógenos y emprendieron el contraataque con balas de goma.
Los disturbios frente al juzgado federal duraron unos 15 minutos, pero fueron momentos intensos. Los negocios cerraron sus puertas, aunque los gases entraron en los locales y muchos turistas terminaron afectados por irritación en los ojos y la garganta. La zona quedó desierta ante el temor por los incidentes.
La calle San Martín quedó envuelta en una espesa nube de humo irritante, mientras los piedrazos contra la policía eran respondidos por parte de la PSA. Los manifestantes corrieron en dirección al centro de Bariloche, donde volvieron a desatarse nuevos disturbios. Las piedras tenían como blanco a los efectivos y las sedes de los bancos. La vidriera del Credicoop quedó destrozada.
Los manifestantes decidieron dispersarse y empezar a subir hacia El Alto, una de las zonas más humildes de Bariloche. En ese momento aparecieron los patrulleros de la policía de Río Negro, que empezaron a interceptar en diferentes calles a los manifestantes más violentos. Fueron detenidas 15 personas, entre ellas un menor, denunciaron organizaciones sociales y de derechos humanos que luego reclamaron la liberación de los aprehendidos en la puerta de la comisaría N° 2, en el Centro Cívico.
En la intersección de las calles Rolando y Ada María Eflein se produjo una intensa redada. Fueron detenidos seis manifestantes, entre ellos un menor de edad, al que la policía rionegrina maltrató y pretendía llevar esposado a un patrullero. El llanto del joven mapuche disparó la bronca de militantes de organizaciones sociales, que pedían explicaciones.
María Laura Nahuel, madre de Rafael, el joven que murió hace tres meses de un disparo en medio del desalojo que hizo el grupo Albatros en Villa Mascardi, aseguró que “hubo una represión indiscriminada contra los manifestantes mapuches”. “Lanzaron gases y dispararon cuando había niños y ancianos que esperaban el fallo de la extradición de Jones Huala”, dijo a la nacion.
Durante la tarde, la situación comenzó a calmarse y solo quedaba un grupo reducido de militantes frente a la comisaría, que con el paso del tiem- po empezó a asimilar qué significaba el fallo que habilitó la extradición de Jones Huala a Chile.
La abogada defensora Sonia Ivanoff anticipó que apelará ante la Corte Suprema el fallo de Villanueva, el único camino legal que le queda para evitar que el líder mapuche sea enviado a Valdivia, donde el fiscal Sergio Fuentes Paredes pedirá –según anticipó– la pena máxima de diez años por el incendio de la vivienda del puestero Alberto Riquelme Paillan el 9 de enero de 2013, y portación ilegal de arma de guerra.
La estrategia de Ivanoff de centrar su defensa en que Jones Huala es “un perseguido político” no prosperó. Ya la había desestimado el miércoles, en la extensa audiencia, el fiscal federal Jorge Bagur Creta, y confirmó esa postura el juez en el fallo de ayer. Por los parlantes que estaban en la puerta del juzgado, el lonko insistió en que su extradición es parte de una “estrategia para callarlo”.
Jones Huala, quien reivindicó los “sabotajes” como estrategia de lucha, advirtió que él no formó parte de ese ataque en Chile. “Viva la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), viva la autodefensa y el sabotaje, piedra y fuego a la opresión, vayan a devolver con el mismo nivel de violencia con el que ellos vienen”, bramó, desde la cárcel de Esquel, donde esperará detenido que la Corte Suprema confirme su extradición.