El proceso por el incendio y la portación ilegal de armas
El caso por el que la Justicia de Chile pidió la extradición de Jones Huala para juzgarlo en ese país se remonta a la medianoche del 9 de enero de 2013, cuando personas encapuchadas irrumpieron con armas de fuego en la chacra Pisu-Pisué y provocaron un salvaje incendio.
Según la investigación de la fiscalía de Valdivia, los atacantes eran Fennix Delgado Ahumada, Jones Huala y Cristian García Quintul, quienes aparecieron en el predio “encapuchados y vestidos con ropas oscuras del tipo militar y botas”.
Al cuidador Riquelme Paillan lo llevaron a la casa principal, donde lo ataron junto a su yerno, Jaime Montes. El resto de la familia, incluidos cuatro niños, permanecieron “reducidos” en la habitación principal. Los encapuchados registraron la casa “en busca de una escopeta”, mientras los chicos lloraban desesperadamente.
“Nosotros te conocemos, huevón, y metete donde está tu familia”, le gritó a Riquelme Paillan uno de los atacantes. Luego lo tiró al piso, atado de pies y manos. Uno de los dos atacantes roció con un líquido negro las ventanas y cortinas de la casa, y lanzó una antorcha encendida hacia el interior, lo que provocó el devastador incendio.
El tribunal absolvió a los tres mapuches chilenos porque ninguna de las víctimas los pudo reconocer. Jones Huala no se presentó al juicio y tal vez dejó pasar la posibilidad de resultar beneficiado. Al declarar en el juicio de extradición realizado en San Carlos de Bariloche, Huala negó haber participado de ese ataque, aunque reivindicó los sabotajes.