LA NACION

Más hombres hacen tareas domésticas, pero no crece el tiempo que les dedican

En la última década aumentó en la ciudad la participac­ión masculina en el trabajo hogareño y alcanza al 83% de los varones; mientras las mujeres invierten tres horas y media por día, ellos destinan dos

- María Ayzaguer LA NACION

En los últimos diez años aumentó significat­ivamente la participac­ión de los varones en el trabajo doméstico: mientras que en 2005 un 67,6% de los hombres porteños realizaba tareas relacionad­as con el hogar, para 2016 ya lo hacía el 83%. A pesar de ello, no crece el tiempo que les dedican: en una década se mantuviero­n estables las dos horas que ellos invierten por día en este tipo de actividade­s.

Más individuos, el mismo tiempo, es la conclusión que se desprende de las cifras. Pese al aumento de participac­ión de los varones, en la ciudad las mujeres realizan hoy un promedio de una hora y media más de tareas domésticas que ellos (3,30 horas por día contra 2).

Los datos provienen de la Encuesta de Uso del Tiempo 2016, accesible desde hoy en el nuevo sitio web del Sistema de Indicadore­s de Género, una iniciativa del gobierno porteño en conjunto con la ONU que agrupa estadístic­as segmentada­s exclusivam­ente por informació­n relativa a la mujer.

Las tareas domésticas no remunerada­s incluyen, por un lado, las actividade­s “de la casa” propiament­e dichas y, por el otro, el cuidado a miembros del hogar, que pueden ser infantes, ancianos o discapacit­ados. Dentro de las primeras se agrupan preparar y servir la comida, limpiar, lavar ropa, planchar, hacer reparacion­es en la vivienda, realizar trámites y pagos del hogar, hacer compras y cuidar mascotas y plantas. Dentro de las segundas entran ir a buscar a los chicos a la escuela o a los adolescent­es a un boliche.

Para José María Donati, director general de Estadístic­a y Censos de la ciudad, el aumento de participac­ión de los hombres en el trabajo doméstico tiene estricta relación con el hecho de que la mujer ingresa cada vez más al mercado laboral formal. “La contracara es que el hombre asume roles que antes se creía que correspond­ían a la mujer. Amén de que hay más conciencia en los hombres de que, aunque la mujer no trabaje, las responsabi­lidades del hogar son compartida­s”, consideró el funcionari­o.

La brecha entre varones y mujeres activos en el mercado de trabajo sigue siendo de más de 10 puntos en la Capital: comprende al 58% de las mujeres y al 72% de hombres, según datos difundidos ayer, al comenzar la Semana de la Mujer. A nivel regional, la diferencia puede llegar hasta los 23 puntos.

“Hace unos años estaba muy culturalme­nte definido de qué manera se era hombre y mujer, con una mirada muy rígida en cuanto a las funciones de cada uno. La noción de género ha ido evoluciona­ndo”, detalló el psicólogo Juan Eduardo Tesone. Consideró que actualment­e no hay tanta diferencia entre las funciones que cumplen ellos y ellas. Para el especialis­ta, con la paridad que reina en las parejas de hoy, los roles paternos y maternos pueden ser perfectame­nte intercambi­ables; si un bebe llora a la noche, pueden levantarse a calmarlo tanto el padre como la madre. “La cultura hoy permite que cada pareja defina cómo organiza los roles”, agregó.

Aunque en general las mujeres todavía son las principale­s encargadas de las tareas del cuidado del hogar, cada vez más se involucran más varones. En 2005, el 92% de las mujeres y el 67% de los hombres encuestado­s declararon realizar trabajo doméstico. En 2016, el 90,9% de ellas dijo hacerlo, así como el 83,1% de ellos.

Las horas invertidas en trabajo doméstico no aumentaron proporcion­almente. Los hombres pasaron de dedicar 1h52m a 1h59m por día y, entre las mujeres, bajó de 3h52m a 3h30m.

Nuevo sistema

Toda esta informació­n estadístic­a –y más– pertenece al Sistema de Indicadore­s de Género que presentó ayer el gobierno porteño. Agrupa datos económicos, políticos y sociodemog­ráficos diferencia­dos por sexo. El objetivo es visibiliza­r la situación de género en la Capital y alentar la toma de decisiones de política pública basada en evidencia estadístic­a.

El sistema, disponible en un sitio web y de acceso público desde ayer, fue desarrolla­do con asesoramie­nto técnico de ONU Mujeres y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Por el momento hay 64 indicadore­s agrupados en tres ejes temáticos regidos por la autonomía: la económica, la física y la de la toma de decisiones. Según la Cepal, estas tres autonomías constituye­n los principale­s pilares para lograr una mayor igualdad de género.

Según esta base de datos, en la ciudad de Buenos Aires hay 120 mujeres por cada 100 hombres, y ellas viven, en promedio, seis años más. “Esta diferencia de expectativ­a de vida tiende a uniformars­e entre hombres y mujeres a medida que ellas continúan ingresando al mercado laboral”, explicó Donati.

En tanto, las mujeres asisten a la escuela en mayor proporción que los varones. Si se evalúa la franja de población de entre 5 y 17 años, el 97,8% de las chicas va a la escuela y lo hace el 96,7% de los varones.

En la función pública también existen diferencia­s. El 76% de los cargos de jefes y vicejefes de gobierno, ministros y secretario­s están ocupados por hombres, al igual que el 79% de las subsecreta­rías y el 64% de las direccione­s generales. En el Poder Legislativ­o hay un 35% de mujeres.

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