La inesperada oferta de Kim
Será la primera cumbre intercoreana en diez años; el dictador se mostró dispuesto a discutir con Washington la posibilidad de despejar la península de armas atómicas
SEÚL (AP).– En un nuevo hito en el deshielo entre las dos Coreas, el dictador Kim Jong-un y enviados surcoreanos acordaron realizar en abril la primera cumbre entre los presidentes de ambos países en diez años. De manera sorpresiva, el régimen de Pyongyang también se abrió, por primera vez, a la posibilidad de negociar con Estados Unidos la renuncia al plan nuclear. Donald Trump calificó de “sincera” la oferta de diálogo.
SEÚL.– Las dos Coreas celebrarán el mes próximo una cumbre histórica para avanzar en el deshielo entre los dos gobiernos, enfrascados durante décadas en su propia guerra fría, mientras Pyongyang, en un giro diplomático, se dijo abierto a dialogar con Estados Unidos sobre desarme nuclear.
La cumbre tendrá lugar a fines de abril en la localidad de Panmunjom, en plena Zona Desmilitarizada que separa a los dos países, y estará precedida de una conversación por teléfono entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
Será la tercera reunión entre las máximas autoridades de ambos países desde 2000, pero apenas la primera en diez años, luego de que la relación cayó en los últimos meses a su punto más bajo, y con la amenaza constante de la carrera armamentista desatada por Kim, cuya estrella en ascenso ha sido el controvertido programa nuclear.
El doble anuncio de la cumbre intercoreana y la disposición al diálogo nuclear con Washington lo hizo el jefe de la oficina presidencial surcoreana de Seguridad Nacional, Chung Eui-yong, luego de una reunión de dos días en Pyongyang con el líder norcoreano.
“Corea del Norte dejó clara su voluntad de una desnuclearización en la península de Corea y el hecho de que no hay razón para tener un programa nuclear si las amenazas militares contra Corea del Norte se resuelven y su régimen está seguro”, señaló a su regreso.
De acuerdo con el funcionario, Corea del Norte afirmó que no realizaría pruebas de misiles nuclea- res mientras se llevaran a cabo las conversaciones con la comunidad internacional.
“El Norte dijo también que puede tener conversaciones francas con Estados Unidos sobre desnuclearización y la normalización de los lazos entre Corea del Norte y Estados Unidos”, agregó Chung.
También se acordó que quedará abierta una línea directa de urgencia entre los dos líderes, de modo de evitar malentendidos que agraven la relación o, peor aún, que recalienten la situación entre dos gobiernos que nunca firmaron la paz desde el final del conflicto, en 1953.
“El Sur y el Norte están de acuerdo en una línea de comunicación de urgencia entre los dirigentes para desactivar las tensiones militares y en coordinarse estrechamente”, dijo el enviado.
El presidente norteamericano, Donald Trump, enemigo inflexible de Kim, se mostró cauto y expectante. “Por primera vez en años, todas las partes interesadas están haciendo esfuerzos serios”, escribió en Twitter. En tanto, el vicepresidente Mike Pence dijo que Washington espera ahora “avances concretos” de Pyongyang hacia la desnuclearización (ver página 3).
Los anuncios de ayer son los pasos más relevantes en el rápido acercamiento registrado en la península desde los Juegos Olímpicos de Invierno, en febrero, cuando Pyongyang envió un nutrido grupo de atletas y altos funcionarios, y las dos delegaciones desfilaron juntas en la ceremonia inaugural.
Se dan asimismo luego de un año de fuertes tensiones entre las dos Coreas, y sobre todo de Pyon- gyang con Washington, durante el cual Corea del Norte multiplicó sus ensayos nucleares y llevó a cabo el de mayor potencia hasta la fecha.
El alcance de los misiles norcoreanos, del que Kim se congratula regularmente en desfiles militares, también aumentó a ritmo frenético. Pyongyang afirma que podría alcanzar ya no solo la isla norteamericana de Guam, sobre el Pacífico, como amenazó en un principio, sino también el propio territorio continental de Estados Unidos.
El clima se tensó con los insultos personales y advertencias apocalípticas entre Trump y Kim, que se amenazaron mutuamente con pulsar el “botón nuclear” que cada cual tenía al alcance de la mano. Trump calificó a Kim como “el pequeño hombre cohete” y Kim devolvió gentilezas al señalar a su rival como “un viejo enfermo mental”.
Los medios oficiales norcoreanos celebraron el avance del deshielo tras la reunión con los enviados de Seúl y citaron la “alegría” de Kim por la participación de sus atletas en los pasados Juegos Olímpicos de Invierno, “una ocasión muy importante para mostrar la resistencia y el prestigio” de Corea del Norte y para “brindar una buena atmósfera de reconciliación, unidad y diálogo entre el Norte y el Sur”.
Fue también en los Juegos donde la influyente hermana de Kim invitó al presidente surcoreano a viajar a Pyongyang a una reunión cumbre con el hombre fuerte del país.