Los jueces, entre la confianza y el escepticismo ante el anuncio
Con matices, la mayoría de los magistrados celebró que se pusiera en marcha
Los jueces que ayer escucharon al presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti exponer sus propuestas para el Poder Judicial las tomaron con confianza y conscientes de la necesidad de cambios, aunque unos pocos magistrados dejaron traslucir su escepticismo ante la posibilidad de que se puedan implementar.
La mayoría coincidió en que la puesta en marcha de una política de Estado para hacer profundas modificaciones en la Justicia no puede esperar más: advirtieron que el descrédito social es tal que la caída de la confianza en la Justicia ya los afecta como poder del Estado y esto está minando el correcto funcionamiento del sistema democrático.
No obstante esta convicción sobre la necesidad de un cambio, algunos magistrados se mostraron escépticos de que la reforma pueda funcionar. Estaban entusiasmados con el mecanismo que eligió la Corte para consultarlos e integrar sus propuestas, pero algunos se mostraron precavidos. “Esperamos que esto sirva, que ahora nos escuchen en serio”, deslizaron. Ya vieron muchas veces que estas iniciativas quedaron en amagues y nunca llegaron a reformas profundas para cambiar la cultura del Poder Judicial.
Hubo coincidencia en que la brecha que tienen los jueces con la sociedad los obliga a cambiar, aunque, cuando les tocó discutir en las comisiones, pocas fueron las modificaciones profundas que propusieron. No se habló nada de pagar impuesto a las ganancias y cuando se discutió la posibilidad de reducir la feria judicial o modificar el horario, hubo consenso en que esas medidas no iban a cambiar el funcionamiento de la Justicia. “Es como si se dijera que para cambiar los problemas de la educación en la Argentina hubiera que dar clases de enero a diciembre”, graficó uno de los integrantes de las comisiones que debatieron las modificaciones necesarias.
Otros jueces consideraron que el acto de ayer y las consultas que se extenderán hasta hoy son en realidad un mecanismo para legitimar una decisión ya tomada por la Corte. Y que las reuniones son una manera de poner un termómetro para decidir cuán profundas son las alternativas que el Poder Judicial es capaz de soportar.
Los jueces coincidieron en evaluar como positivo que la necesidad de cambio haya surgido del propio Poder Judicial, porque entienden que le da legitimidad y cualquier iniciativa consensuada va a prosperar porque no se trata de una imposición.
“Hay que destacar tres conceptos: autocrítica, necesidad de pensar políticas de Estado y dejar de dialogar y tomar decisiones”, destacó el juez federal Claudio Bonadio. El juez Sebastián Casanello apuntó “a la participación del Poder Judicial, junto a otros poderes, en el diseño y la implementación de reformas que lo implican”.
El Gobierno alentó ayer estas modificaciones. El ministro Germán Garavano dijo que compartía la mirada de Lorenzetti, y Ricardo Gil Lavedra, coordinador del programa de Justicia 2020, le envió estas iniciativas al magistrado.