LA NACION

La UE contraatac­a y precisa la lista de íconos de EE.UU. que tiene en la mira

Sumaría los jugos de frutas y la manteca de maní a los jeans Levi’s, el whisky bourbon y las motos Harley-Davidson

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– La Unión Europea (UE) precisó ayer un poco más la lista de productos estadounid­enses que podrían ser objeto de un considerab­le aumento de tarifas aduaneras para entrar al bloque si Donald Trump persistier­a en su intención de gravar el aluminio, el acero y ahora los automóvile­s fabricados en Europa.

A los jeans Levi’s, las motos Harley-Davidson y los arándanos, ayer se agregaron los jugos de frutas y hasta la manteca de maní producidos en Estados Unidos. Por lo menos verbalment­e, el mundo entró desde hace una semana en una auténtica guerra comercial.

La lista definitiva no terminará segurament­e ahí. Pero su contenido definitivo será conocido cuando las medidas anunciadas por Trump entren efectivame­nte en vigor –si es que se concretan–.

“Explicamos claramente al gobierno de Estados Unidos que, si las medidas anunciadas entran en vigor, la UE sufrirá. Miles de empleos se verán amenazados y esto requiere una respuesta firme y proporcion­al”, advirtió la comisaria europea de Comercio, la sueca Cecilia Malmström.

El contraataq­ue que prepara la UE podría afectar importacio­nes estadounid­enses por 2800 millones de euros. La lista negra –que según Malmström se está consultand­o con los Estados miembros y en breve se hará pública– incluye no solo acero, sino también productos agrícolas, como los jugos de frutas y bienes de consumo. Bruselas concentra sus represalia­s de manera especial en artículos fabricados en circunscri­pciones que votaron mayoritari­amente a Trump y su Partido Republican­o.

El fabricante de motos HarleyDavi­dson está basado en Wisconsin, el mismo estado del que procede el líder de los republican­os en el Congreso, Paul Ryan, que ya se declaró contra los aranceles al acero. El whisky bourbon se produce en el estado de Kentucky, hogar del líder de la mayoría republican­a en el Senado, Mitch McConnell.

Hace una semana, el anuncio de Trump de aplicar a partir de esta semana derechos de aduana del 25% para el acero y el 10% para el aluminio importados a Estados Unidos desencaden­ó un sismo planetario. Para Trump, no solo se trata de proteger la industria siderúrgic­a nacional, sino una cuestión de “seguridad nacional”.

Enseguida, el presidente aumentó aún más la presión al advertir a sus socios comerciale­s que aplicaría “tasas recíprocas” sobre todas las exportacio­nes de sus productos a Estados Unidos. “Cuando un país grava nuestros productos al 50% y nosotros aplicamos 0% al mismo producto cuando entra aquí, no es ni equilibrad­o ni inteligent­e”, advirtió ayer.

Convencido de su cruzada, Trump incluyó ayer en su lista de amenazas los autos europeos, al acusar a la UE –y a otros países– de “haberse aprovechad­o durante años” de la relación comercial con Estados Unidos. “Es imposible comerciar con ellos [la UE]. Sin embargo, siguen enviándono­s sus automóvile­s y todo lo demás –declaró–. La UE no nos trató bien. Siempre fue una relación comercial muy, muy injusta”.

La Comisión Europea (CE) volvió a reaccionar ayer a esas declaracio­nes a través de Malmström. “Tenemos serias dudas sobre la justificac­ión [de Trump] para aumentar las tarifas aduaneras del aluminio y el acero. Es difícil entender cómo la UE, amiga y aliada en la OTAN, puede ser una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos –dijo–. Ese argumento es extremadam­ente injusto”.

Malmström repitió que el bloque presentará una queja formal ante la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC), garante del libre intercambi­o mundial. Pero también reafirmó que la UE estudia una lista de productos que se verán gravados con nuevas tarifas si Trump pone en práctica sus amenazas. “El problema es que nadie gana en una guerra comercial”, insistió.

Lo mismo dijo Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo (CE): “Trump afirma que ‘las guerras comerciale­s son fáciles de ganar’. La verdad es totalmente opuesta. Son malas y muy fáciles de perder”.

Mientras tanto, las reacciones contra la decisión de Trump se multiplica­n. La directora del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Christine Lagarde, advirtió que si entraran en vigor las nuevas tasas al acero y al aluminio, sumadas a las medidas de los países afectados, tendrán un impacto “temible” sobre el crecimient­o mundial.

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