Un agente con alta exposición
Durante diez años, Sergei Skripal transmitió a los servicios británicos información sobre el ejército ruso, hasta que fue desenmascarado y tras algunos años pudo llegar a Gran Bretaña gracias a un intercambio de espías.
La policía investiga ahora su envenenamiento con un agente nervioso que lo dejó inconsciente en un banco de la ciudad inglesa de Salisbury, lo que motivó paralelismos con el caso de Alexander Litvinenko, un exespía ruso que murió por polonio en 2006.
El hombre, de 66 años, está hostidad pitalizado en estado crítico desde el domingo pasado, cuando fue hallado junto a su hija, Yulia, cerca de un centro comercial.
Skripal desarrolló una larga carrera en el GRU, los servicios de inteligencia del ejército ruso, hasta que ascendió a coronel. En 1999 pasó al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, donde estuvo cuatro años hasta convertirse en profesor de la academia militar-diplomática del Ministerio de Defensa.
Su posición privilegiada llamó la atención de los servicios de inteligencia británicos, que lo reclutaron en 1995, según sus declaraciones a la Justicia rusa.
A partir de allí, y hasta su detención en 2004, proporcionó la iden- de decenas de agentes secretos rusos que operaban en Europa, así como informaciones relativas a las unidades militares rusas y su estado de preparación para el combate. A cambio habría recibido 100.000 dólares a través de una cuenta bancaria en España.
Skripal se declaró culpable durante su juicio. Fue condenado en 2006 a 13 años de prisión y le retiraron el título de coronel. En 2010, la detención en Estados Unidos de diez agentes rusos “durmientes” volvió a poner a Skripal en los focos. Los agentes fueron canjeados por el espía y otros tres condenados en el intercambio más importante desde la Guerra Fría. Después se refugió en Inglaterra, donde vivía con discreción.