LA NACION

Entrenan a una elefanta para llevarla a un santuario

ZOO PLATENSE. Pelusa viajará al Mato Grosso; el ejemplar se recupera de lesiones en sus patas

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Pelusa tiene 51 años y comienza a ser entrenada para poder cumplir su viaje entre el zoológico de La Plata y el santuario de elefantes en el Mato Grosso al que será llevada para disfrutar hasta el fin de sus días, por un acuerdo con la fundación Franz Weber, que coordinará ese traslado de más de 2000 kilómetros.

Con un pasado de estrella de cine, a los 4 años protagoniz­ó Un elefante

color ilusión, una película dirigida por Derlis Beccaglia, que tuvo la participac­ión de los actores Pablo Codevila, Silvia Mores y Andrés Percivale. Pelusa es atendida en el zoo platense por problemas de salud, que incluye una infección en sus patas que le dificulta severament­e su movilidad.

Fuentes de la Municipali­dad de La Plata, responsabl­e del zoo, señalaron a Télam que entrenan a Pelusa “para las extraccion­es de sangre y la cuarentena requerida” por el “certificad­o veterinari­o internacio­nal” acordado entre Brasil y nuestro país para poder cumplir con su traslado.

Pelusa ya obtuvo la autorizaci­ón bonaerense para viajar al santuario del Mato Grosso, y se efectúan las presentaci­ones ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentabl­e de la Nación para obtener el permiso Cites de exportació­n, según la Convención Internacio­nal para el Tráfico de Fauna Silvestre.

En Brasil también avanzan las gestiones de ese mismo permiso, pero como importador de la elefanta, de acuerdo con lo requerido por la convención internacio­nal.

Mientras se cumple con todos los pasos necesarios para la nueva vida que tendrá Pelusa, en el zoo platense se ha mejorado el recinto donde está alojada, lo que le permite comenzar a realizar caminatas más largas. Entre las obras que se realizaron se destaca que el piso fue tapizado con caucho para ayudar a que la elefanta pueda descansar sus lesionadas patas.

Diagnostic­ada con pododermat­itis aguda, una infección en las patas que puede afectar a este tipo de animales en cautiverio, Pelusa pasó por momentos muy complejos de salud, incluida una depresión. Sucede que la elefanta, que está en cautiverio hace 50 años, lleva mucho tiempo viviendo sola. Hace varios años y por pocos meses compartió su espacio con otra elefanta que se llamaba Kendy.

Nunca tuvo novio y, aunque está bajo cuidados casi permanente­s de personas dedicadas a recuperarl­a para que pueda emprender el viaje al Mato Grosso y compartir su vida con varios ejemplares de su misma especie, está acostumbra­da a vivir en la soledad de su recinto.

De carácter amable y divertida con los visitantes, Pelusa es una especie de elefante asiático, más dócil que su par africano. Esa es una caracterís­tica que los afecta porque es más fácil capturarlo­s y amansarlos.

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