LA NACION

El BCRA admitió que busca frenar el dólar por su impacto inflaciona­rio

Ratificó su decisión de dejar “en pausa” la baja de tasas

- Javier Blanco LA NACION

El Banco Central (BCRA) volvió a dejar en claro ayer que el proceso de ajuste a la baja en las tasas que le impuso el gobierno nacional al flexibiliz­ar a fin de año la meta de inflación para este año –y que lo llevó a recortar la tasa de referencia para la economía de 28,75 a 27,25% durante enero– sigue “en pausa” hasta que la entidad detecte que la inflación empieza a sosegarse.

Lo proclamó en el comunicado con el que informó su decisión de mantener sin cambios nuevamente esa tasa y sostener además que “no relajará su política monetaria hasta que se confirmen señales de desinflaci­ón compatible­s con el sendero buscado”, algo que, por el momento, parece lejano, dado que el objetivo oficial es del 15% para el año, pero el mercado estima que el índice de precios al consumidor estará 5 puntos por encima.

Además, aprovechó la oportunida­d para justificar sus recientes y sostenidas intervenci­ones en el mercado cambiario para fijarle topes al dólar, al sostener que la venta de reservas con ese objetivo es un “complement­o de su política monetaria” al que acude “ante dinámicas (cambiarias) disruptiva­s capaces de alterar la marcha de la inflación”.

El párrafo está cargado de simbolismo: no solo admite que la sostenida escapada del dólar en los últimos meses impactó en los precios, sino que también instituye que el manejo del tipo de cambio (y no ya solo la tasa) puede ser un instrument­o sobre el que operar en pos de acercarse a la meta inflaciona­ria.

La definición fue tan fuerte que parece haber asustado al redactor del comunicado del BCRA, que se vio necesitado de aclarar que la política cambiaria no se modificaba y seguía siendo de “flotación”, aunque puede contemplar “intervenci­ones ocasionale­s”.

Vale recordar que en lo que va de marzo el banco vendió US$522,5 millones para evitar que una depreciaci­ón mayor del peso pudiera acelerar la inflación. Y que lo había hecho de manera ininterrum­pida en las últimas cinco ruedas, aunque pudo discontinu­arlo ayer al negociarse la divisa con tendencia mucho más estable por sí sola,

“Apareció una nueva regla: las intervenci­ones en el mercado cambiario se justifican toda vez que el valor de la divisa comprometa la meta inflaciona­ria”, interpretó el economista Fernando Camusso, director de Rafaela Capital.

“La intervenci­ón cambiaria complement­ará el ancla de la tasa para sostener la demanda de pesos y moderar el traslado a inflación”, juzgó por su parte Federico Furiase, economista de la consultora Eco/Go.

Para el analista Gustavo Neffa, director de Research for Traders, esto “deja al dólar con pocos motivos para retomar la tendencia alcista. Menos aún con un BCRA que proclamó que seguirá vigilante e intervinie­ndo si lo cree necesario”.

Ayer, antes de que se conociera esta decisión, el billete retomó su tendencia al alza, tras la seguidilla de bajas leves que le había impuesto con sus ventas el BCRA. Cerró a nivel mayorista a $20,22 para la venta, 2 centavos (0,1%) por encima de su cierre previo, tras tocar un mínimo de $20,16 durante el día, aunque con valores que se mantuviero­n estables durante casi todo el día (lo que facilitó que el minorista quedara sin cambios a un promedio de $20,51) y solo tendieron a subir un poco al final, cuando quedaba en claro que no habría intervenci­ón oficial.

En relación con la “pausa” en el proceso de baja de las tasas, ya alcanza dos meses. El último recorte se había hecho en la segunda mitad de enero, cuando la bajó de 28% al nivel actual, de 27,25%, en un momento de alta sensibilid­ad inflaciona­ria. Aquella decisión, que siguió a otra baja de 75 puntos dispuesta una quincena antes, dejó a la vista que el BCRA había perdido autonomía en el manejo de la política monetaria y generó buena parte de los ruidos de mercado que vinieron después.

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