LA NACION

El Gobierno puso a prueba su estrategia de “vivir con lo nuestro” para renovar y tomar más deuda

Consiguió otra buena respuesta del mercado, aunque debió validar un alza de 44 puntos en la tasa de la Lete en dólares a un año

- Javier Blanco

El Gobierno dio un nuevo paso en su meta por lograr en la plaza local nuevo financiami­ento mientras, a la vez, renueva la deuda ya colocada que le vence ahora cuando eligió (¿o le impusieron?) prescindir del fondeo externo por lo que resta del año, según proclamó días atrás el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y ratificó ayer ante el Congreso el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Captó el equivalent­e a unos US$3400 millones por la emisión de tres nuevas Letras del Tesoro en pesos y dólares a plazos que van de medio a poco menos de un año tras una licitación que le permitió comprobar que el aumento que la tasa de riesgo país tuvo en los últimos meses comienza a trasladars­e a la plaza local, en lo que hace al financiami­ento en dólares.

Ocurre que mientras hasta ahora venía pagando por financiars­e con la emisión de Letes en dólares a un año una tasa del 3,1% promedio, ayer debió validar una del 3,54%, es decir, 44 puntos básicos mayor.

Los analistas juzgan lógico ese incremento en el costo, tomando en cuenta el cambio en las condicione­s de mercado. “La letra en dólares a un año solo se arrimó al costo que la deuda argentina a ese plazo tiene en el exterior. Es un aumento que el Gobierno debe asumir si piensa en no perder volumen en las emisiones de letras en dólares o correr el riesgo de padecer un tropiezo en una renovación, mientras avanza en emitir más en moneda local”, interpretó el economista Miguel Zielonka, de la consultora EconViews.

Otra consecuenc­ia del cambio de estrategia es el acortamien­to en los plazos emitidos. Sucede que la idea de endeudarse en la moneda en que se gasta, pesos, convive con los límites que le impone el instrument­o al que el Banco Central (BCRA) apela para tratar de combatir la elevada inflación: las tasas altas (aunque hayan bajado algo últimament­e). Eso obliga a no estirarse en los plazos.

Dentro de estos límites concretos debió moverse el equipo de Finanzas en las últimas 48 horas que duró la nueva subasta. ¿El resultado? Finalmente se emitieron tres nuevas Letes, dos en dólares y una en pesos, por US$1000 millones y $49.275 millones (unos US$2400 millones al cambio de ayer).

Por la Letra en pesos a 182 días recibió órdenes de compra por $60.440 millones y resolvió adjudicar por $49.275 millones para bajar su costo de emisión al 25,46% anual. Ese título se vendió a un precio de $1002,5 por cada lámina de $1000 que, como capitaliza­rá los intereses del 2,06% mensual que pagará, se pagará a su vencimient­o a $1130,14 “lo que representa una tasa efectiva anual de 27,09%”, explicó Finanzas en el comunicado.

Por las letras en dólares a 182 y 343 días a su vez recibió pedidos de suscripció­n por US$2060 millones, aunque dos tercios de ellas fueron al plazo más corto. La puja desatada por ese papel le permitió colocar US$500 millones a un precio de corte de US$985,99 por cada lámina de US$1000, lo cual supone una tasa del 2,85%, igual a la de las anteriores licitacion­es. Debido a que el monto de órdenes en el tramo no competitiv­o fue mayor al 50% de la colocación, de acuerdo con el procedimie­nto, se aplicó un factor de prorrateo de 84,19% al tramo no competitiv­o y de 74,10% para el tramo competitiv­o.

Por la letra a poco menos de un año (343 días) recibió ofertas de compra por US$1,40 por cada US$1 que buscaba. Por ese menor margen de negociació­n, para poder alzarse con los US$500 millones que buscaba debió emitirla a US$967,81 por lámina de US$1000, que representa una tasa del 3,54% anual.

Del total de recursos captados el Gobierno usará dos tercios para cumplir con el pago de títulos que vencen (roll over, según la jerga) y un tercio para cubrir necesidade­s degas-to corriente e ir cubriendo déficit.

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