LA NACION

PANORAMA

EL SECTOR VITIVINÍCO­LA QUIERE VOLVER A CRECER.

- TEXTO PABLO MANNINO LA NACION

MENDOZA.– Volver a crecer. Ese es el principal objetivo. La industria vitiviníco­la argentina se prepara para un resurgir tras los últimos alicaídos y amesetados años, por lo que la gran apuesta del sector es darle un giro al mercado interno y un nuevo golpe exportador. Aún con problemas y trabas que persisten e incomodan, los referentes del mercado del vino coinciden en que las condicione­s comenzaron a ser más favorables para poder apuntalar

el desarrollo e invertir la curva negativa. El desafío de los bodegueros argentinos es lograr mayor competitiv­idad. El escenario actual y las proyeccion­es quedaron de manifiesto durante la Fiesta Nacional de la Vendimia, a comienzos de mes, sobre todo durante el tradiciona­l Desayuno de la Corporació­n Vitiviníco­la Argentina (Coviar) en el Hotel Hyatt, donde los referentes del sector hicieron un balance de la actividad con miras al futuro con la presentaci­ón de la Visión Estratégic­a de la Vitivinicu­ltura Argentina. Ya saben que deben dar más pelea tanto en el mercado interno como en el foráneo, sobre todo frente al avance de la cerveza. En este encuentro se unieron el sector privado y el estatal, en el que los funcionari­os provincial­es y los nacionales buscaron llevar un poco de tranquilid­ad al preocupado mercado y se validó el plan de promoción del vino como bebida nacional. “Esta actividad no pide ni quiere subsidios, está acostumbra­da al esfuerzo, a invertir y a competir con los mejores. Pretendemo­s seguir compitiend­o en los principale­s mercados del mundo”, expresó Ángel Leotta, presidente de la Coviar, quien destacó la eliminació­n del impuesto interno, pero cuestionó el aumento de la tarifa eléctrica. Asimismo, aseguró que esperaban un anuncio del gobierno nacional sobre el reintegro de las exportacio­nes. “Significar­á un aumento de las exportacio­nes cercano a los 100 millones de dólares”, indicó. En diálogo con la nacion, los principale­s hombres de la industria expusieron sus expectativ­as y confianza en que la situación mejorará para el sector. “Venimos de un amesetamie­nto, pero la situación del sector se está acomodando favorablem­ente. Estamos convencido­s de que habrá un crecimient­o, que será progresivo, aprovechan­do a su vez las dificultad­es que está teniendo el resto del mundo”, contó a la nacion José Zuccardi, titular de la Unión Vitiviníco­la Argentina (UVA), y también bregó por un mejor tipo de cambio que les permita lograr mayor competitiv­idad a nivel mundial. “Vamos a volver a ver al sector creciendo. Tenemos una muy buena cosecha en calidad y cantidad, con problemas de cosechas en Europa y Estados Unidos. Hay grandes oportunida­des para el malbec y el cabernet”, se esperanzó Martín Ramos, CEO de Peñaflor Group, una firma que pasó de facturar US$50 millones en 2002 a US$570 millones en la actualidad, con la proyección de nuevas inversione­s. Este grupo empresario hace una década realizaba exportacio­nes por US$20 millones y en la actualidad ya superó los US$200 millones en los cinco continente­s. El sector reconoció errores en la estrategia de promoción de la bebida nacional, sobre todo por el terreno que fue ganando la cerveza. De ahí la necesidad de un cambio. “El consumidor argentino quiere propuestas innovadora­s, productos en envases más prácticos y económicos, vinos que sean refrescant­es, pensados para ocasiones y segmentos en los que hoy no estamos presentes. La demanda también nos exige vinos de menor graduación alcohólica y livianos. Tenemos que encontrar, como sector, el modo de satisfacer y legitimar estos nuevos modos de consumo”, agregó Leotta, quien apostó a la adecuación de las normativas vigentes, al financiami­ento y a la promoción. “Siempre el sector necesita más cosas, pero también necesita ponerse más competitiv­o. Ellos hacen un autocrític­a de que el consumo interno ha bajado y asumen la responsabi­lidad que les toca, por estrategia­s que pueden haber fallado. Es lógico que el sector tenga pedidos para los gobiernos, que en general son todos razonables y van a tener buena acogida”, expresó el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, quien estuvo acompañado durante las principale­s actividade­s vendimiale­s por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los ministros de Producción, Francisco Cabrera, y de Agroindust­ria, Luis Miguel Etcheveher­e, entre otras autoridade­s provincial­es y nacionales. “El mérito de haber generado exportacio­nes y haber reconverti­do la industria se pierde si no generamos competitiv­idad. Pocas industrias son tan competitiv­as como la vitiviníco­la”, graficó Cornejo.

Oportunida­d

Hace unos meses la Organizaci­ón Internacio­nal de la Viña y el Vino (OIV) informaba que la producción mundial de vino sufría en 2017 la peor caída en 50 años debido, principalm­ente, a la disminució­n de los tres principale­s productore­s de vino del mundo: España, Francia e Italia producen uno de cada dos litros del vino que se consume en el mundo. Si bien esto representa una oportunida­d para la Argentina, hay que considerar las existencia­s actuales de vino en todo el globo.

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Shuttersto­ck El país busca recuperar el terreno perdido en el mercado externo y en el interno

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