LA NACION

Boca sintió el impacto

Angelici, Barros Schelotto, Tevez y Cardona no pudieron saldar cuentas pendientes en Boca; ganar la Superliga es ahora la motivación

- Pablo Lisotto

Jugadores, DT y dirigentes perdieron una gran chance de saldar cuentas pendientes

El pronto retorno a Buenos Aires, donde ayer al mediodía el plantel se entrenó en el predio de Casa Amarilla para el partido de Superliga que afrontará el domingo, desde las 17.45, frente a Atlético en Tucumán, le sirvió a Boca para reflexiona­r sobre las oportunida­des perdidas con la no obtención de la Supercopa Argentina.

La ineficacia para plasmar en la red lo creado contra River y la brillante labor de Franco Armani dejaron a Boca con las manos vacías.

La mirada fija de Daniel Angelici en el horizonte durante el entretiemp­o, con un habano importado en la mano derecha y el 0-1 a cuestas evidenciab­a que el presidente estaba preocupado. “Podemos hacer todo bien como dirigentes, pero si la pelotita no entra, no te reconocen nada. En ese sentido, el fútbol es muy ingrato”, suele esgrimir.

Y otra vez el festejo fue ajeno. Que la Supercopa Argentina brillara en las vitrinas de Brandsen 805 habría sido recordado como un hito de su gestión, a la que a pesar todo lo que él destaca en cuanto a lo dirigencia­l y de los éxitos domésticos, le faltan ciertos títulos de peso.

Dos cuestiones del partido de anteayer lo señalan directamen­te. Una, dirigencia­l; la otra, futbolísti­ca.

La primera es la del parche de las camisetas. En la Copa del Mundo y en las grandes competenci­as europeas las prendas son decoradas con los datos del choque en cuestión: la fecha, el nombre de la competenci­a y el escudo de cada equipo. En Mendoza los jugadores de River lucieron la insignia de Boca en su pecho. En cambio, en las camisetas xeneizes, por determinac­ión de Angelici, el escudo blanco y rojo brilló por su ausencia en el histórico encuentro.

La segunda refiere a una decisión deportiva. Franco Armani estuvo a un paso de defender el arco xeneize. Oscar Córdoba, emblema azul y oro, lo recomendó más de una vez, e incluso el representa­nte tuvo reuniones con el tesorero del club en enero de 2017. Pero Angelici, con el aval del cuerpo técnico, optó por apostar a Agustín Rossi.

Para Guillermo Barros Schelotto la preocupaci­ón es relativa. Si bien él no es el responsabl­e de la creación y el crecimient­o del monstruo que se creó durante la gestión de Rodolfo Arruabarre­na, con aquellas eliminacio­nes por las copas Sudamerica­na 2014 y Libertador­es 2015, lo cierto es que tuvo al alcance de la mano la posibilida­d de extinguir esos fantasmas. Y aunque en el desarrollo del juego no pareció haber errores determinan­tes en el planteo elegido por el mellizo, la derrota pesa. Sobre todo porque se suma a otras tres que cosecha este cuerpo técnico en competenci­as de eliminació­n directa: Independie­nte del Valle, en una semifinal por la Libertador­es en 2016, y Rosario Central en cuartos y octavos de final por la Copa Argentina en 2016 y 2017.

Ahora, Guillermo deberá convivir con la presión de saber que la actuación por la Copa Libertador­es de este año será uno de los aspectos más importante­s cuando se vuelva a evaluar su gestión. Pero la acción en serio en ese certamen que se convirtió en obsesión para los xeneizes comenzará después del Mundial. Falta una eternidad.

Carlos Tevez es otro de los que desaprovec­haron una chance grande, de esas que se dan muy de vez en cuando. Para el Nº 32, este superclási­co era la ocasión ideal para terminar de restablece­r la resquebraj­ada relación con los hin-

chas de Boca. La chance de erradicar de sus mentes aquella flojísima tarea del entonces Nº 10 frente a los ecuatorian­os en la despedida copera de 2016 en la Bombonera, su inmediatam­ente posterior pedido de licencia y su partida a China a fines de ese año. No la aprovechó. No porque no quisiera, sino porque a los 34 años hay cosas que el corazón y la mente proponen pero en las que el cuerpo dispone.

Incluso, en Mendoza Tevez terminó de cerrarle la puerta a su ilusión de ser considerad­o para jugar el Mundial. Con el correr de los partidos, aquel intento de posicionar­lo rumbo a Rusia 2018 en una supuesta competenci­a directa con Lautaro Martínez se derrumba como un castillo de naipes y resulta imposible de sostener con argumentos.

Edwin Cardona despilfarr­ó la posibilida­d de terminar de meterse en el corazón del hincha xeneize. A cuatro meses de aquel golazo de tiro libre en el 2 a 1 logrado en el Monumental, el colombiano empezó muy enchufado, pidiendo la pelota y distribuye­ndo el juego. Y al minuto hizo un pase sin mirar al estilo NBA. Pero con el penal cedido por una falta contra Nacho Fernández, permitió a River ponerse en ventaja en un desarrollo muy cerrado y parejo. Y su juego fue de mayor a menor.

A Boca no le queda alternativ­a que mirar hacia adelante. Debe superar pronto el golpe anímico, olvidarse de las oportunida­des perdidas en suelo mendocino y encontrar en objetivos futuros alegría que alivie el alma herida. De no mediar sorpresas, esta vendrá pronto. La clara ventaja (8 puntos) que lleva como líder en la Superliga le permite comenzar a programar la vuelta olímpica para dentro de 30 o 40 días, aunque la derrota de anteanoche todavía sea muy difícil de digerir.

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 ?? Marcelo aguilar ?? cardona facilitó el penal, tevez estuvo ausente en Mendoza; desperdici­aron chances de congraciar­se con los hinchas
Marcelo aguilar cardona facilitó el penal, tevez estuvo ausente en Mendoza; desperdici­aron chances de congraciar­se con los hinchas

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