Londres culpa a putin del ataque al exespía
El gobierno de May cree que el líder ruso ordenó personalmente la agresión
LONDRES (AP).– El gobierno británico subió ayer el tono de su enfrentamiento con el Kremlin por el envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y acusó directamente a Vladimir Putin del ataque con una toxina de grado militar.
“No tenemos nada en contra de los rusos. No habrá rusofobia como resultado de lo que está sucediendo”, dijo el secretario de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson. Pero el canciller advirtió: “El conflicto es con el Kremlin de Putin y con su decisión –y creemos que es abrumadoramente probable que haya sido su decisión– de ordenar el uso de un agente nervioso en las calles del Reino Unido, en las calles de Europa, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial”.
El caso, ocurrido el 4 de marzo, desencadenó la más grave crisis diplomática entre ambos gobiernos desde el fin de la Guerra Fría. Alemania, Francia y Estados Unidos se alinearon detrás de Gran Bretaña. Frente a la expulsión de Londres de 23 diplomáticos rusos como represalia, el Kremlin dará su respuesta “de un momento a otro”.
En este contexto, la policía investiga como posible asesinato la muerte del empresario ruso Nikolai Glushkov, hallado muerto el lunes en su casa de Londres.
LONDRES.– El conflicto entre Occidente y Rusia por el caso del exespía envenenado en Londres con un agente neurotóxico volvió a escalar ayer luego de que el gobierno británico apuntara sus cañones directamente contra el presidente Vladimir Putin por el ataque.
La decisión de envenenar al exagente ruso Sergei Skripal la tomó “con toda probabilidad” el propio Putin, indicó el canciller británico, Boris Johnson, en la ciudad de Uxbridge. “La ira de Londres se dirige contra el Kremlin, no contra el pueblo ruso”, añadió el funcionario, un día después de que su país emitiera una inédita declaración conjunta con Estados Unidos, Francia y Alemania en la que exigieron al presidente ruso explicaciones sobre el atentado en la ciudad de Salisbury.
La respuesta de Moscú a Johnson no tardó en llegar. El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, rechazó de forma vehemente esas acusaciones. “Cualquier referencia o mención a nuestro presidente en este contexto no es otra cosa que una violación escandalosa e imperdonable de las reglas diplomáticas”, advirtió. “Ya dijimos en varias ocasiones, en distintos niveles, que no tuvimos nada que ver con esta historia”, explicó Peskov.
En forma paralela, en otro caso que suma tensión al conflicto, la policía británica inició una investigación por asesinato en la muerte del empresario ruso Nikolai Glushkov en Londres, después de que una autopsia reveló que falleció el lunes pasado cuando le apretaron el cuello. Glushkov vivía en Londres y era socio de Boris Berezovsky, un oligarca ruso y crítico del Kremlin que murió en circunstancias sospechosas en 2013 (ver aparte).
El exespía Skripal y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes el 4 de marzo pasado en un parque de Salisbury. Según Gran Bretaña, fueron envenenados con el agente nervioso Novichok, desarrollado en la antigua Unión Soviética.
Como represalia, el gobierno británico anunció el miércoles pasado la expulsión de 23 diplomáticos rusos y el congelamiento de los contactos bilaterales de alto nivel.
Rusia no reaccionó por el momento a esas sanciones, aunque su canciller, Serguei Lavrov, dijo ayer que Moscú responderá con una medida similar. “Naturalmente que haremos eso”, dijo, aunque sin explicar cuándo se tomará la decisión y cuántos diplomáticos británicos se verán afectados.
Peskov advirtió que “de un momento a otro” puede haber una reacción de Rusia. No se descarta incluso que esa respuesta llegue antes de las elecciones presidenciales rusas de mañana, señaló el vocero.
Según el diario británico The Daily Telegraph, el agente neurotóxico con el que se envenenó a Skripal pudo haber sido colocado en una valija de su hija, que había viajado desde Rusia para visitar a su padre.
Según el diario, los servicios secretos trabajan en la teoría de que el agente Novichok fue puesto en el equipaje durante una escala en Moscú, en una prenda de ropa, un cosmético o un regalo. Al visitar a su padre en Londres, la mujer, de 33 años, habría liberado sin saberlo el agente, señaló The Daily Telegraph, que no citó una fuente clara de la información.
“¿Por qué no preguntamos sencillamente al afectado, cuando ojalá esté mejor?”, se preguntó ayer Lavrov, a quien le gustaría escuchar la explicación del exagente doble envenenado. “Posiblemente, él pueda dar la explicación más fiel sobre mucho de lo que ocurrió el día de la tragedia”. Ayer, Moscú abrió una investigación por intento de asesinato a Yulia Skripal.
Moscú también criticó las palabras del ministro de Defensa británico, Gavin Williamson, que anteayer dijo que Rusia debería “tener la boca cerrada”. El embajador ruso en Londres, Alexander Yakovenko, habló ayer de una “campaña antirrusa”.
Una voz diferente desde Londres fue, sin embargo, la del líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que alertó sobre los riesgos de sacar conclusiones apresuradas. Corbyn advirtió que también podrían ser responsables del hecho organizaciones mafiosas rusas. “Hay que evitar una nueva Guerra Fría”, indicó en varias entrevistas. Corbyn fue criticado por sus declaraciones incluso en su propio partido.
La posición del gobierno británico es apoyada por Alemania, Francia y Estados Unidos. La Unión Europea (UE), en tanto, advirtió que en su próxima cumbre, el jueves próximo, analizará el incidente, y que dará un “mensaje claro” al respecto.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, reiteró ayer su respaldo a Londres en la escalada con Moscú, pero advirtió que hay que evitar aislar a Rusia.
“No queremos una nueva Guerra Fría, no queremos una carrera armamentística: Rusia es nuestro vecino, así que tenemos que seguir trabajando para mejorar las relaciones”, dijo Stoltenberg a la radio BBC.