LA NACION

Más giros sospechoso­s de los Báez

Los giros se completaro­n un día después de la asunción presidenci­al de Mauricio Macri

- Hugo Alconada Mon

Ya no hay que buscar en Suiza. O, al menos, no solo allí. En plena investigac­ión sobre la llamada “ruta del dinero K”, uno de los hijos de Lázaro Báez, Martín, transfirió millones de dólares a otros destinos tan o más opacos que la Confederac­ión Helvética, como Dubai y las islas Bahamas. El objetivo: intentar proteger su dinero de la pesquisa judicial, en un momento en el que en la Argentina empezaban a soplar otros vientos políticos.

La informació­n sobre esos movimiento­s bancarios hasta ahora desconocid­os llegó a la Justicia argentina, que deberá evaluar los pasos a seguir, tanto para congelar esos fondos, como para actuar sobre el principal protagonis­ta de esos giros, Martín Báez, quien está en libertad.

El reporte detalla que el hijo mayor de Lázaro Báez sacó los fondos de Suiza en dos tramos: el 5 de noviembre y el 11 de diciembre de 2015. Es decir, mientras en la Argentina se completaba el proceso electoral con el ballottage y la transición que sacó al kirchneris­mo de la Casa Rosada.

El primer tramo, del 5 de noviembre, incluyó dentro de la operación al misterioso Helvetic Services Group, mientras que el destinatar­io fue una sociedad identifica­da como Intlex Limited, con una cuenta en el Noor Islamic Bank de Dubai.

Helvetic Services Group se encuentra en la mira de los investigad­ores desde hace años como parte de la “ruta del dinero K”, a tal punto que el juez federal Sebastián Casanello citó a indagatori­a y ordenó la captura internacio­nal de su representa­nte legal, Néstor Marcelo Ramos, en mayo de 2016.

El segundo tramo se registró el 11 de diciembre, con la Fondation Kinsky como protagonis­ta, a través del CHB Bank (Compagnie Bancaire Helvétique), en Nassau, la capital de las islas Bahamas.

Ninguno de esos destinos –Bahamas y Dubai– es inusual en operatoria­s bajo sospecha. Por el contrario, la Justicia argentina acumula antecedent­es de otros casos de corrupción, por ejemplo, que recurriero­n a los mismos destinos. Entre ellos, el caso “Siemens”, donde consta que las coimas pagadas por los alemanes a funcionari­os argentinos pasaron por allí como escala hacia sus destinos finales.

¿Quiénes están detrás de la Fondation Kinsky? Según documentos aportados por las autoridade­s suizas, los cuatro hijos del presunto testaferro de la familia Kirchner: Martín, Leandro, Luciana y Melina Báez. Todos ellos figuran en un registro sobre “beneficiar­ios finales” de esa entidad, en la que consignaro­n un domicilio en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, con fecha junio de 2012.

Dos años después, en 2014, la entonces legislador­a porteña Graciela Ocaña y el entonces diputado nacional Manuel Garrido habían alertado a la Justicia argentina sobre una “fundación” vinculada a los Báez en Suiza, como también de que esa familia había contratado a abogados en la Confederac­ión Helvética para oponerse al intercambi­o de informació­n con Buenos Aires.

Aun así, la informació­n terminó por arribar a los tribunales federales de Comodoro Py. Las autoridade­s suizas reportaron además que los hijos de Lázaro Báez controlaba­n una cuenta en el banco Lombard Odier, a través de una compañía offshore identifica­da como Fromental Corporatio­n, con sede en Panamá.

Esos documentos revelaron, además, que la cuenta tenía un saldo de US$20.959.315 al 29 de junio de 2012. También figuraba que “el padre de los beneficiar­ios de la fundación poseedora de la cuenta 608.663 [Lázaro Báez], quien ha contribuid­o con fondos, es allegado al expresiden­te argentino Néstor Kirchner”.

Con el paso de los años, además, la Justicia argentina logró reconstrui­r que Martín Báez completó varios viajes a Suiza y otros destinos junto al contador de la familia –y asesor de los Kirchner para el Hotel Alto Calafate– Daniel Pérez Gadín. Entre ellos, con destino a Ginebra, donde mantuvo reuniones en bancos, se hospedó en hoteles de lujo y gastó más de US$40.000 en relojes.

Con destino final en Bahamas, los Báez giraron más de US$10,3 millones, mientras que solicitaba­n al banco de origen que preparara “toda la documentac­ión necesaria para proceder al cierre de la cuenta”.

El período en que se completaro­n las transaccio­nes es singular. Por entonces, la legislador­a Margarita Stolbizer –aceptada como amicus curiae junto a la abogada Silvina Martínez en la investigac­ión sobre la “ruta del dinero K”– planteaba que con Lázaro Báez ya detenido y con el kirchneris­mo fuera del poder Cristina Kirchner podía “ir presa”. “Estoy segura de que va a terminar desfilando por los Tribunales para dar explicacio­nes”, afirmó Stolbizer, mientras comenzaban a salir a la luz las operacione­s de la financiera SGI de Puerto Madero, más conocida como La Rosadita. “Es tanta la documentac­ión en contra –planteó – que no hay escapatori­a”.

Casi dos años después de esas declaracio­nes, Casanello procesó a 23 acusados, entre ellos los hijos de Báez. En una resolución de 750 páginas, también embargó al dueño de Austral Construcci­ones por $10.500 millones. El magistrado investiga más de una veintena de hechos de lavado que habría permitido a los imputados canalizar 60 millones de dólares a través de un entramado offshore con cuentas bancarias en Suiza y otros paraísos fiscales.

Ahora, con la informació­n que llega desde la Confederac­ión Helvética en manos de Casanello y el fiscal Guillermo Marijuan, los próximos pasos apuntan a Martín Báez, quien podría afrontar problemas por entorpecer una investigac­ión penal.

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