Revuelo en el Vaticano por una decisión que violó los códigos de ética periodística
Una foto oficial borroneó un controvertido texto de Benedicto XVI
ROMA.– En los pasillos del Vaticano no se habla estos días de otra cosa que del “lettergate”. Es decir, de la polémica gestión comunicativa del Vaticano de una carta de Benedicto XVI, difundida el lunes pasado, en vísperas del quinto aniversario de pontificado de Francisco.
Ese día, el Vaticano no publicó el contenido completo de la misiva, sino solamente dos párrafos en los que el papa emérito defendió a su sucesor luego de haber recibido una serie de 11 libritos que recopilan La teología de papa Francisco, editada por la Santa Sede. “Elogio esta iniciativa que quiere reaccionar al tonto prejuicio por el cual el papa Francisco sería solo un hombre práctico, falto de especial formación teológica o filosófica”, escribió Benedicto, que el 16 de abril cumplirá 91 años. “Estos pequeños volúmenes muestran con razón que el papa Francisco es un hombre de profunda formación filosófica y teológica y ayudan por lo tanto a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aún con todas las diferencias de estilo y de carácter”, agregó el papa emérito, en una carta fechada el 7 de febrero, que le envió a monseñor Dario Viganó, prefecto de la Secretaría de Comunicación.
La controversia estalló cuando el Vaticano difundió, además, una foto retocada de la carta, tal como admitió luego la Sala de Prensa. En la imagen aparece un párrafo de la primera carilla desenfocado y por lo tanto ilegible y la segunda carilla tapada por una pila de libros, salvo la firma de Benedicto.
¿Qué decía la parte del texto ocultada? Tal como trascendió más tarde, que Joseph Ratzinger no iba a poder escribir un comentario a los 11 libritos porque no iba a poder leerlos, como le había pedido Viganó, que leyó el texto íntegro de la epístola durante la presentación de los volúmenes en cuestión.
Todo esto desencadenó un gran revuelo, con algunos que acusan a la Secretaría de Comunicación de haber manipulado la información, dejando de lado la ética periodística, justo después de que el Papa condenó, en un documento, a las fake news, las noticias falsas.
¿Por qué no se difundió el contenido completo de la carta? ¿Porque pensaron que perdía fuerza el respaldo a Francisco si decía que no había leído los textos?
Los sectores ultraconservadores, que suelen atacar al Papa a diario, tildándolo de “hereje” por su apertura pastoral, aprovecharon el mal manejo para disparar sus dardos. Acusaron al “círculo mágico de Francisco” de haber censurado a Benedicto para montar “una operación de aliento a un pontificado que cada día muestra grietas cada vez mayores”, como escribió en su blog Marco Tosatti, veterano vaticanista.
“No hay manipulación periodística, no hay falta moral”, se defendieron ante la nacion fuentes del Vaticano, que destacaron que el retoque de la imagen fue tan solo algo “artístico”.
En un clima enrarecido, en los pasillos del Vaticano hay quienes piden que ruede la cabeza de Viganó, máximo responsable del aparato de comunicación de la Santa Sede. “El Papa es el Papa y no necesita el respaldo ni de Benedicto XVI, que es un gentilhombre, ni de nadie”, comentó a la nacion un arzobispo, indignado con un manejo informativo que resultó un búmeran.
“El incidente recuerda que el aparato comunicativo del Vaticano debe estar comprometido tanto con la transparencia como con las mejores prácticas del periodismo. Todo el resto es un mal servicio a la Iglesia”, comentó, lapidario, Greg Erlandson, editor de Catholic News Service, agencia del episcopado estadounidense.