LA NACION

Un tribunal de fallos polémicos

La Sala I volvió a quedar bajo la lupa; la integran Ballestero y Bruglia; antes estaba Freiler

- Iván Ruiz

El juez Leopoldo Bruglia recién se había acomodado después de su traslado definitivo a la Cámara Federal cuando un nuevo caso irrumpió en ese tribunal. Todavía incompleta, la Sala I volvió a quedar bajo la lupa por otro fallo polémico: la liberación de Cristóbal López.

Supo ser bautizada la “sala kirchneris­ta” cuando era integrada por Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah, que habilitó decenas de fallos claves. Pero el cambio de aire en la política modificó su composició­n.

Freiler fue destituido; Farah fue trasladado a la Sala II, y Bruglia desembarcó con decisiones críticas al kirchneris­mo.

El desembarco de Bruglia –aún con Freiler en el tribunal– habilitó la construcci­ón de mayoría con Ballestero en distintas causas claves para el Gobierno.

El oficialism­o había dado un paso importante ayer para “limpiar” (como dicen los operadores judiciales) la Sala I con el traslado definitivo de Bruglia. Y espera terminar de hacer pie en ese tribunal, clave para controlar las causas de corrupción más mediáticas, con la designació­n como camarista de Mariano Llorens, cuyo pliego ya fue enviado por Mauricio Macri al Senado.

Pero el azar volvió a jugar una carta que, en este caso, favoreció tanto a Cristóbal López como a Ricardo Echegaray. El camarista Farah, que ya no pertenece a esa sala, fue convocado ante la falta de acuerdo entre Bruglia (que votó en contra de la liberación del empresario kirchneris­ta) y Ballestero.

“Nos engañaron”, confesó, ofendido, uno de los operadores judiciales del oficialism­o que –sostiene– querían a Cristóbal López preso. Pero desde Cambiemos no todos interpreta­n que el oficialism­o fue –otra vez– víctima de la Sala I.

“Esto se trata de un acuerdo de impunidad, ahora empiezo a entender algunas cosas que pasan en la AFIP”, lanzó Elisa Carrió. La diputada hace referencia al desplazami­ento de Alberto Abad al frente del organismo recaudador, el funcionari­o que todavía combate hasta en sus últimas horas al empresario kirchneris­ta por su deuda.

Con el aval de la Casa Rosada, Leandro Cuccioli tomará el control de la AFIP en los próximos días. Su llegada encendió luces de alerta. Cuccioli trabajó durante años junto a Ignacio Rosner, el empresario que puja por quedarse con el imperio de Cristóbal López.

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