LA NACION

El desafío de la corrupción

-

Continuand­o con la mejora evidenciad­a el año pasado, la Argentina escaló diez lugares y se ubicó en el puesto 85 sobre un total de 180 países auditados según el Índice de Percepción de Corrupción (IPC), elaborado por Transparen­cia Internacio­nal (TI). Como se recordará, el IPC surge de una encuesta a empresario­s, académicos y expertos de cada país sobre la percepción que se tiene del manejo del gobierno y sus funcionari­os en lo relacionad­o con los fondos públicos.

En el ranking correspond­iente a 2017 el país obtuvo 39 puntos sobre 100 posibles y comparte el puesto con países como Benin, Kosovo, Islas Salomón, Kuwait y Swazilandi­a. La puntuación del IPC correspond­iente a un país o territorio indica el grado de corrupción en el sector público según la percepción de empresario­s y analistas del país, entre 100 (percepción de ausencia de corrupción) y 0 (percepción de muy corrupto).

A nivel regional, la Argentina se ubica en el puesto 16 sobre 31 países de toda América. Canadá es el percibido como menos corrupto y Venezuela, ubicado en el puesto 169 en el orden global, como el más corrupto de la región. Por su parte, Uruguay (23° a nivel mundial) y Chile (26°) se destacan como los países más transparen­tes en el Cono Sur. Entre los mejores calificado­s, tras Nueva Zelanda, con 89 puntos, y Dinamarca, con 88, ubicados al tope del ranking, se sitúan Finlandia, Noruega y Suiza, con 85 puntos; Singapur y Suecia, con 84, y Canadá, Luxemburgo, los Países Bajos y el Reino Unido, con 82. Este año, el índice concluyó que más de dos tercios de los países obtienen una puntuación inferior a 50, siendo la media de 43 puntos.

De acuerdo con TI, a pesar de los esfuerzos por combatir la corrupción en el mundo, la mayoría de las naciones están avanzando con demasiada lentitud. Aunque detener este flagelo lleva tiempo, en los últimos seis años numerosos países han conseguido progresos mínimos o nulos. Un análisis más detenido de los resultados del índice arroja un dato aún más alarmante: los países donde son más frágiles las garantías para la prensa y las organizaci­ones no gubernamen­tales (ONG), en general, presentan también los peores índices de corrupción.

La corrupción es atribuida mayormente a los políticos, afirmación que, sin ser necesariam­ente falsa, resulta incompleta. Los cómplices más importante­s, aquellos que se benefician y que contribuye­n a la proliferac­ión de las conductas corruptas, se encuentran también en el sector privado. En este sentido, la mejora de la Argentina en el IPC se debe a los avances en materia de transparen­cia y lucha contra la corrupción que han ocurrido en los últimos dos años, mediante la ley de acceso a la informació­n pública; la ley de colaborado­r eficaz, que extiende esa figura para las causas de corrupción, y la ley que determinó el Régimen de Responsabi­lidad Penal para las Personas Jurídicas por Delitos contra la Administra­ción Pública y por Cohecho Internacio­nal.

Faltan muchos aspectos aún por mejorar. Entre muchos otros, legislar adecuadame­nte sobre la financiaci­ón de las campañas políticas de modo de transparen­tar los aportes y terminar con el favoritism­o y el clientelis­mo; abreviar los excesivos plazos para resolver causas judiciales vinculadas a la corrupción, muchas de las cuales prescriben sin responsabl­es ni condenas; aplicar de manera excluyente los concursos de oposición y antecedent­es para ocupar cargos en la administra­ción pública, para que sean los antecedent­es y méritos y no los lazos familiares de los candidatos los que determinen su designació­n, y reformar la ley de ética pública.

La corrupción es uno de los obstáculos más importante­s para el crecimient­o sustentabl­e de la economía, la creación de empleos y el combate de la desigualda­d y la pobreza. Asimismo, aleja la inversión, encarece los productos finales, hace ineficient­e al gobierno y deja impune la violación de la ley. El desafío para combatir un problema tan grave y complejo requiere de la voluntad y decisión de todos los actores y estamentos de la vida nacional, sin exclusione­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina