LA NACION

Mimarlos con su plato favorito

- Maru Botana La autora es cocinera y conductora de televisión

Las chicas que comen más ligth. Los varones que te piden algo más power. Y están los más pequeños que recién empiezan a descubrir sabores y se niegan a comer verduras y tenés que ingeniárte­las de alguna manera para que las prueben igual. Por eso, cuando tengo que pensar las comidas del día, pienso siempre en los gustos de cada uno de mis hijos para mimarlos con su plato favorito. Obvio que esto no es nada fácil porque a cada uno le gusta algo distinto y te lo hacen saber. Ni hablar cuando vienen los amigos a comer. Ahí la casa se transforma en un restaurant­e en el que se sirven 400 platos distintos.

A diferencia de lo que pasaba antes, hoy se cocina más pensando en ellos, en lo que les gusta comer. Digamos que lo que se prepara en casa es más personaliz­ado. Recuerdo que antes la alimentaci­ón era mucho más estricta y la comida terminaba siendo un foco de conflicto porque te obligaban a comer algo que no te gustaba y encima hasta que no quedara nada en el plato. Hoy, por suerte, ese conflicto dejó de existir. De alguna manera, a los chicos se los malcría más y ellos mismos deciden y te piden lo que quieren comer porque como en muchas otras cosas relacionad­as con la crianza, tienen más protagonis­mo y se los escucha más. Por eso, no llama la atención que haya menús diferencia­dos al menos entre los más grandes y los más pequeños de la casa.

Como cocinera, sin dudas corro con ventaja porque cocinar para mi familia es algo que hago con placer y me ocupo de que cada uno coma, al menos en una de las comidas del día, lo que más le gusta. Pero no pasa eso en todas las casas. Sin dudas, para la mamá o el papá que no le gusta cocinar, el menú diferencia­do es un problema. Porque tener que preparar distintas comidas para satisfacer gustos o preferenci­as individual­es que muchas veces son opuestas puede transforma­rse en un dolor de cabeza. En esos casos, a veces no queda otra que recurrir al delivery salvador.

Pero más allá de los platos distintos que cada uno elija o prefiera, no hay que perder de vista que la comida une. Es una de las instancias en la que más se comparte tiempo en familia. No importa si nos gustan distintas cosas y las elecciones gastronómi­cas personales nos llevan por caminos diferentes. La mesa fue, es y seguirá siendo el gran punto de encuentro familiar. Más allá de cualquier preferenci­a.

La alimentaci­ón era antes más estricta y la comida terminaba siendo un conflicto

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina