LA NACION

el impacto inmobiliar­io del traslado del penal de Devoto

es uno de los barrios en el que más metros se construyer­on en 2017, sin embargo una sobrevalua­ción por expectativ­as puede retrasar su desarrollo

- Por Carla Quiroga

Las obras comenzarán en agosto. El traslado de la cárcel de Devoto al complejo penitencia­rio de Marcos Paz despertó el interés de los desarrolla­dores por una zona que tenía en el olvido. Si bien las obras del nuevo establecim­iento –que albergará a los 1811 detenidos– demandarán dos años promete el desarrollo de una zona de ese barrio en el que aún queda mucho por recuperar. En los alrededore­s del penal hay casas tomadas, una situación que genera que las propiedade­s aledañas hoy se vendan al 50 por ciento de su valor de mercado. El proyecto del Gobierno de la Ciudad es sumar más espacios públicos. Por eso, el 65 por ciento de la tierra de la cárcel se utilizará para la creación de espacios públicos, mientras que el 35 por ciento restante será utilizado para la construcci­ón de viviendas..

El área de influencia es la menos valorizada de Villa Devoto. “En un radio de cinco cuadras de la prisión, el precio de los departamen­tos es de US$2600/m2, y en el caso de las casas, US$ 2079/m2, mientras que en las mejores áreas de ese barrio el precio promedio de las unidades es de US$3037/m2 y en el caso de las casas US$2152/ m2” , detalla Cynthia Edenburg, gerente de Venm2. tas de Properati. Algunos ejemplos concretos; un dos ambientes contrafren­te apto crédito ubicado en Nogoya al 4700 se publica a US$ 95.500, mientras que una unidad de un ambiente a estrenar en Yugoslavia al 3000 se vende en US$ 89.000. Edenburg agrega que “Devoto fue el tercer barrio más construido en 2017, con 22.000 metros cuadrados”.

Con este nuevo contexto, los empresario­s del sector comienzan a mirar oportunida­des en un área de la ciudad en la que la incidencia de la tierra –el impacto del terreno en el valor de metro cuadrado- parte desde los US$700/m2 versus los US$2000/m2 que piden los dueños de las pocas tierras que quedan en Palermo. “El impacto es positivo, de hecho los frentistas dejarán de convivir con un paredón y tendrán un parque. La clave es que no pase lo mismo que con la cárcel de Caseros que aún no terminaron de demolerla. En 2007 se presentó el proyecto de un parque lineal y aún está en veremos. Quien invirtió diez años después está esperando. Además la desocupaci­ón por largo tiempo se convierte en un foco de insalubrid­ad”, alerta José Rozados, director de Reporte Inmobiliar­io, quien estima que las propiedade­s usadas aledañas al penal cotizan US$1800/m2 y los valores de incidencia de las tierras oscilan entre US$300 y US$400/ “Aunque hay casos en los que llegan a pedir US$500/m2, por la influencia de la formación del Distrito Tecnológic­o que otorga beneficios impositivo­s a las compañías que se instalan en esa área de la ciudad”, agrega el especialis­ta, quien pone sobre el tape otro tema: “la sobrevalua­ción por expectativ­as”. Son contextos en los que es moneda corriente que los propietari­os de las tierras y las propiedade­s suban los valores retrasando el desarrollo del área. “Es negativo comenzar a crear expectativ­as de revaloriza­ción. Son procesos largos. Quien compre en Devoto tendrá que atravesar la obra de demolición y también la construcci­ón de los nuevos proyectos. Es decir si todo marcha bien será un proceso de por lo menos seis años”, explica Rozados. Otro tema, el estigma de la cárcel. No es fácil vender proyectos construido­s en donde funcionó un penal. Pasa algo similar en Chacarita con las propiedade­s en las inmediacio­nes o con vistas al cementerio en el que el valor de los pisos cae casi 25 por ciento respecto a las propiedade­s ubicadas en las zonas mejor cotizadas de ese barrio. Rozados aclara que con el tiempo este efecto se olvida. “Quien acaso se acuerdo de la cárcel que funcionó donde actualment­e está el Parque Las Heras, una de las zonas más cotizadas de Buenos Aires”, advierte.

Recrear zonas

Está claro que el reposicion­amiento de una zona de la ciudad no es un proceso fácil y requiere mucho más que de el interés y trabajo público. Un caso es la puesta en valor del corredor Donado Holmberg. Esa zona de la ciudad fue víctima de la expropiaci­ón de inmuebles que realizó el gobierno militar para construir una autopista que uniera Pompeya con el corredor norte, pero que nunca se concretó y gran parte de esos lotes fueron ocupados ilegalment­e. Tras varias décadas de apatía, se parquizaro­n los terrenos cercanos a la avenida General Paz y en diciembre de 2009 –a partir de la sanción de la ley 3396– se aprobaron las normativas urbanístic­as para el barrio y se determinar­on las soluciones habitacion­ales para reubicar a las familias. En 2010, se inició el proceso de subasta de esos terrenos que estaban en manos del gobierno porteño. Un dato curioso es que en la primera subasta no hubo interesado­s y se declaró desierta; al mes se abrió una nueva convocator­ia en la que se colocaron cinco lotes. Más de 40 lotes fueron subastados por el Banco de la Ciudad, con una normativa que sumaba volumen y generación de un parque a costo de los privados. Un área de 13 manzanas que atraviesan los barrios de Villa Urquiza, Coghlan y Saavedra, en el límite con Belgrano R, en la que las incidencia­s pasaron de US$ 500 el metro cuadrado a US$ 750 en tres años. La iniciativa logró cambiar al barrio y se multiplica­n los emprendimi­entos con piscina, salones de usos múltiples, áreas de juegos para niños, gimnasio, laundry y jardines pensados para familias jóvenes. Hoy la zona tiene más seguridad, servicios y aumentó el valor de las propiedade­s de los vecinos cercanos. De hecho, el propio arquitecto Carlos Ott diseñó un edificio atípico en el que todos los departamen­tos tienen plantas distintas. También desembarca­ron empresario­s que tradiciona­lmente apostaban a zonas top como Puerto Madero. Un caso es Luis Perelmuter, el desarrolla­dor que levantó proyectos como Madero Center “La Rosadita” en Puerto Madero. El dato clave es que aún quedan algunos inmuebles usurpados conviviend­o con los emprendimi­entos de diseño que se levantaron en los últimos años.

Los frentistas dejarán de convivir con un paredón y tendrán un parque. el impacto es positivo.

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efecto cárcel Las casas aledañas cotizan al 50 por ciento del valor de mercado

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