LA NACION

Garavano se molestó con la Corte por el fallo que benefició a Cristina

Cuestionó que se vuelva a sortear el tribunal que juzgará a la expresiden­ta

- Santiago Dapelo

Un profundo malestar causó en el Gobierno la decisión de la Corte Suprema de Justicia que benefició a la expresiden­ta Cristina Kirchner al no habilitar al tribunal que la iba a juzgar y que ordenó que se vuelvan a sortear las causas por la distribuci­ón de la obra pública durante el gobierno kirchneris­ta y el encubrimie­nto del atentado contra la AMIA.

En la Casa Rosada no hay dudas del “pacto de impunidad” que sellaron el peronismo y los tres magistrado­s que firmaron la acordada: el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y los jueces Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti.

En particular, desde el Gobierno acusaron a los tres jueces del máximo tribunal que bloquearon el trabajo del Tribunal Oral Federal Nº 9 (TOF 9), porque se convirtió de un tribunal oral criminal a uno federal en diciembre de 2017, de “mantener el statu quo”.

“Es claro el mensaje: el peronismo solo quiere la impunidad. Con este fallo retrasan como mínimo seis meses los juicios contra la expresiden­ta”, dijo a el ministro la nacion de Justicia, Germán Garavano.

La resolución de la Corte también aceleró la definición del reemplazo de la exprocurad­ora Alejandra Gils Carbó. El comportami­ento del peronismo, junto con lo que el Gobierno califica como “el sistema”, terminó por convencer al jefe del Estado de que designará jefa de los fiscales a la jueza Inés Weinberg de Roca, integrante del Tribunal Superior de Justicia porteño.

“El objetivo es recortar el poder de Comodoro Py y del sistema. Es una persona de fuera de estos ámbitos, que no tiene compromiso­s”, destacaron cerca del Presidente.

El nombre de Weinberg de Roca será propuesto a más tardar la primera semana de abril. Así, el Gobierno aspira a que se transforme en la sucesora del procurador interino Eduardo Casal.

Si bien se trata de una figura lejana para el peronismo, que incluso herido y a la defensiva conserva los votos necesarios para subir o bajar la barrera del Senado –paso necesario para su designació­n–, el Gobierno confía en su relación con los gobernador­es para sortear cualquier dificultad. Aunque nadie se atreve a arrojar un resultado final.

En la Casa Rosada todas las miradas se posaron sobre Lorenzetti, Maqueda y Rosatti por no habilitar al TOF 9, que hasta ayer tenía que decidir sobre el primer megajuicio por presunta corrupción del kirchneris­mo y el caso del presunto encubrimie­nto del atentado a la AMIA, por el que está procesada Cristina Kirchner.

Los tres integrante­s de la Corte –Elena Highton de Nolasco y Carlos Rosenkrant­z votaron en disidencia parcial– resolviero­n que se sortearan nuevamente. Además exhortaron “enfáticame­nte” a la Cámara de Casación, que fue la que había asignado las causas, a que en lo sucesivo “se abstenga de realizar actos que excedan su ámbito de competenci­a, en especial aquellos que puedan afectar la debida prestación del servicio de justicia como, en el caso, sortear causas a tribunales que no cuenten con la previa habilitaci­ón de esta Corte Suprema de Justicia de la Nación”.

Lo paradójico es que el tribunal, que integran Alejandro Becerra, Silvia Mora y Alejandro Nocetti Achával, ya había recibido y juzgado casos federales que le envió la oficina de sorteos de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal.

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