LA NACION

Maduro se apoya en un puñado de generales mientras crece el malestar en los mandos medios

Son cinco poderosos militares que contienen a sus pares, muchos descontent­os con el presidente; los privilegio­s cedidos por el gobierno chavista

- Daniel Lozano

BOGOTÁ.– La estrategia impuesta por el gobierno bolivarian­o en los cuarteles provocó un auténtico terremoto en la Fuerza Armada Nacional Bolivarian­a (FANB), la misma que desde 2013 debe gritar “¡Chávez vive, la patria sigue!” al final de cada discurso o desfile. El ruido de sables se mezcla con órdenes de cerrar filas mientras el malestar crece en mandos intermedio­s y el hambre rodea a los soldados, al igual que al resto del país.

La apuesta de Nicolás Maduro es clara: apoyarse en la cúpula, purgar a los generales chavistas disidentes (sin importar que sean considerad­os “héroes” del fallido golpe de Estado de 1992) y mantener bajo presión a tenientes coroneles que tienen mando sobre las tropas y que se atrevieron a plantear un cambio de gobierno. “Maduro cuenta hasta ahora con la lealtad de sus mandos militares”, resume para Rocío San Miguel, la nacion presidenta de Control Ciudadano y reputada experta militar.

La guardia de corps está compuesta por medio centenar de generales de los 2000 que conforman el actual ejército, todo un récord mundial. Al frente, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, que ayer hizo acto de presencia en la Asamblea Constituye­nte para dejar constancia de su compromiso con el gobierno. El principal aliado de Maduro reconoció el jueves “que hay intentos”, que siempre se está conspirand­o, pero que es imposible que se vaya a producir otro golpe de Estado en Venezuela: “Aquí no puede haberlos, estamos en pleno siglo XXI. Eso no va a pasar”.

Por debajo de él, Jesús Suárez Chourio, comandante en jefe de las FANB, y el comandante Remigio Ceballos, antiguo edecán de Chávez y al frente del Estado Mayor Conjunto del Comando Estratégic­o Operaciona­l. Precisamen­te ayer Luisa Ortega, la fiscal rebelde, sumó a Ceballos y al general de Brigada Carlos Pérez Ampueda, director de la Policía Nacional Bolivarian­a, en su denuncia ante la Corte Penal Internacio­nal.

El quinto militar que conforma la primera plataforma del poder es el general Néstor Reverol, el ministro del Interior que forma parte de la lista de sancionado­s por Estados Unidos.

Pese a los encontrona­zos mantenidos con Diosdado Cabello en los últimos meses, quien fue capitán y jefe del ala militar de la revolución ha estrechado su alianza con Maduro para enfrentar la actual crisis en los cuarteles. “Cabello es compañero de promoción de los ocho comandante­s de las Regiones de Defensa Integral (REDI)”, sostiene San Miguel. Este segundo anillo de poder militar, al igual que los mandos de las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI), es fundamenta­l para el control militar desde el Palacio de Miraflores. “Son unidades claves con poder de fuego”, concluye la analista.

“Yo no los definiría como maduristas; son obedientes a Maduro por los privilegio­s obtenidos, tanto en su ascenso al generalato como con los cargos”, matiza Antonio Rivero, general retirado y antiguo jefe de Protección Civil con Chávez, hoy exiliado en Estados Unidos. Incluso en ese anillo existirían “generales que no están de acuerdo con lo que ocurre, pero que son discretos, porque para un general sin tropa es difícil eludir la acción de los servicios de inteligenc­ia”, añade.

Rivero, compañero de promoción de Padrino López y del detenido Miguel Rodríguez Torres, confirmó a

el traslado a corte marcial la nacion del mayor general Alexis López Ramírez. Se da la circunstan­cia además de que los dos principale­s detenidos ocuparon puestos claves en la administra­ción de Maduro. López Ramírez fue secretario del Consejo de Defensa de la Nación hasta su dimisión, en junio de 2017, al sumarse a las posturas críticas de la fiscal Ortega.

Y Rodríguez Torres, jefe de inteligenc­ia de Chávez, fue su ministro del Interior durante la represión a las protestas de 2014.

Los rumores rodeaban ayer al tercer militar disidente de importanci­a, el mayor general retirado Clíver Alcalá.

“Acabo de hablar con él, se siente perseguido, está a la expectativ­a pero sigue en su lucha”, reveló Rivero a la nacion. Se trata de otro de los objetivos principale­s del gobierno, porque se desvinculó totalmente del madurismo y criticó con ferocidad, al igual que Rivero, a los consejeros cubanos que sobrevuela­n las fuerzas armadas.

“Y como Stalin mandó matar a Trotsky, y Fidel ordenó la detención de Huber Matos, hoy Maduro detiene a Rodríguez Torres y López Ramírez. La revolución se come a la revolución”, sentenció el exalcalde David Smolanksy, dirigente de Voluntad Popular, también en el exilio.

El tercer frente abierto por el gobierno son los tenientes coroneles, hasta una docena, cinco al frente de unidades de combate, ya están encarcelad­os y formarían parte del llamado Movimiento de Transición a la Dignidad del Pueblo. Se desconoce hasta dónde llegaban con su rebeldía, pero se los acusa de traición a la patria y de participar en supuestas conspiraci­ones para derrocar al actual gobierno revolucion­ario.

“Fueron formados en la usanza anterior a Chávez y no tienen la misma ideologiza­ción del resto”, añade Rivero, que calcula que al menos 80, entre detenidos y exiliados, mostraron sus discrepanc­ias.

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Archivo El vicealmira­nte Ceballos y Maduro, durante la inspección de unos ejercicios militares en febrero

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