LA NACION

Tras ser reelegido, Putin busca bajar la tensión con Occidente

El líder del Kremlin se declaró dispuesto a abrir el diálogo con otros países, aunque negó culpas en el caso Skripal

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– Tras unas elecciones que lo consagraro­n como el amo indiscutid­o de Rusia, Vladimir Putin pareció ayer tender la mano a Occidente declarándo­se dispuesto a abrir un diálogo “constructi­vo” con otros países, y prometió que no habrá “carrera armamentis­ta” durante su nuevo mandato. “Naturalmen­te eso no depende solo de nosotros”, advirtió.

Pero el presidente ruso también reclamó “pruebas o excusas” al gobierno británico, que lo culpa del envenenami­ento del exagente doble ruso Serguei Skripal en Gran Bretaña, donde se espera la inminente llegada de expertos internacio­nales para participar en la investigac­ión.

“Tarde o temprano habrá que hacerse cargo de esas acusacione­s infundadas. Es decir, presentar pruebas o pedir excusas”, declaró el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov. En Bruselas, mientras tanto, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) se alineaban en forma “irrestrict­a” detrás de Londres, asegurándo­le “toda su solidarida­d”.

El domingo, apenas conocido el score aplastante (76,7% de los votos) que obtuvo frente una oposición inexistent­e, Putin rechazó enérgicame­nte toda responsabi­lidad en el envenenami­ento de Skripal, calificánd­olo de “sinsentido”.

Por el contrario, la primera ministra Theresa May reiteró ayer sus acusacione­s durante un desplazami­ento a la ciudad de Birmingham (en el centro de Inglaterra).

“Las pruebas demuestran que no puede haber otra conclusión que la culpabilid­ad del Estado ruso en lo que sucedió en Salisbury” (ciudad donde se produjo el ataque), insistió.

Expertos de la Organizaci­ón para la Prohibició­n de Armas Químicas (OIAC) debían llegar ayer a Londres para reunirse con los especialis­tas del laboratori­o militar de Porton Down y partir con muestras del arma utilizada. Según las autoridade­s británicas, esas muestras “serán analizadas en los principale­s laboratori­os internacio­nales” y sus resultados, conocidos “en unas dos semanas”.

La extrema tensión provocada por ese episodio llevó a la mayoría de los líderes occidental­es a abstenerse de felicitar a Putin por su victoria. En una llamada telefónica, el presidente francés Emmanuel Macron le deseó “éxito en la modernizac­ión política, económica y social” de Rusia, pero también lo conminó a “hacer toda la luz sobre la responsabi­lidad del ataque de Salisbury”.

El vocero de Angela Merkel anunció que la canciller alemana enviaría “en breve” un telegrama de felicitaci­ón, en el que “mencionará los desafíos que enfrentan actualment­e las relaciones germano-rusas”. En su mensaje, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier escribió, por su parte, que ambos países “se han alejado” de una “cooperació­n pacífica”: “Desconfian­za, rearme y un clima de insegurida­d contribuye­n a esa inestabili­dad”, precisó.

El presidente chino Xi Jinping fue el primer dirigente internacio­nal que hizo llegar sus felicitaci­ones a Putin por la victoria. Los gobernante­s de Hungría, Irán, Kazakhstán, Belarús, Venezuela, Bolivia y Cuba también enviaron “sus cálidas felicitaci­ones”.

Los observador­es internacio­nales criticaron hoy al Kremlin por las numerosas pruebas de fraude constatada­s y por no haber permitido una participac­ión democrátic­a a otros candidatos en las elecciones del domingo.

Insensible a esas críticas, Putin prometió ayer que utilizará su cuarto período para resolver problemas internos y aumentar el nivel de vida de los rusos. También prometió no participar en una carrera armamentis­ta. Rusia, dijo, ya gastó en años anteriores lo que necesitaba para fabricar nuevas armas. “Tenemos que finalizar algunas cosas”, pero eso no exigirá grandes inversione­s, agregó, anunciando una reducción del presupuest­o militar para este año y para 2019.

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