Mujeres en la ciencia
Amy Austin fue distinguida en París por estudiar el ciclo del carbono en la naturaleza
Una investigadora del Conicet fue reconocida con el Premio L’Oréal-Unesco.
PARÍS.– En los primeros días de una primavera inusualmente fría, los salones de la sede de la Unesco se iluminaron ayer con el talento y la pasión de cinco investigadoras. Ocurrió durante la ceremonia de entrega del Premio L’Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia, que este año se otorga por vigésima vez a una científica por continente.
Entre esta “selección de estrellas” estuvo Amy Austin, investigadora superior del Conicet en el Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas vinculadas con la Agricultura (Ifeva). Austin estudia el ciclo del carbono en la naturaleza, un conocimiento esencial para controlar o mitigar los efectos de este gas de efecto invernadero y uno de los principales protagonistas del calentamiento global.
Austin conmovió a todos cuando agradeció a sus colaboradores y familiares, elogió a las 15 jóvenes becarias que “son el futuro”, y dedicó un “te quiero, Carlos” a su pareja, Carlos Ballaré, también investigador del Conicet, que hoy recibe el Premio Alexander von Humboldt, en Alemania.
Austin nació en los Estados Unidos y pasó su infancia en Florida, donde su padre, ingeniero aeronáutico, participaba en el
Programa Apolo de la NASA, que llevaría al ser humano por primera vez a la Luna.
Graduada de bióloga en la Universidad de Stanford, llegó a trabajar en la Patagonia con una beca de la National Science Foundation. Allí, a lo largo de veinte años, reveló aspectos insospechados del ciclo del carbono en ambientes áridos. Cómo las plantas lo sacan del aire, fabrican carbohidratos y, al morir, lo liberan. Fue la primera en postular que la radiación solar acelera la liberación del carbono hacia la atmósfera. “No son solo los microbios, como se pensaba”, explica Austin.
El Premio L’Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia se entrega para iluminar la tarea de las mujeres investigadoras y a jóvenes sobresalientes en el inicio de sus carreras.
Este año, además, se puso en marcha una iniciativa para que hombres con liderazgo dentro de la comunidad científica se comprometan a expandir el acceso a subsidios y promuevan iguales oportunidades de empleo, promociones, publicación y premios a científicas talentosas. “En nuestras frágiles sociedades tenemos que canalizar la capacidad intelectual tanto de hombres como de mujeres para un mundo mejor”, afirmó Alexandra Palt, presidenta de la Fundación L’Oréal.