LA NACION

Vizcarra asume en un Perú convulsion­ado

El vicepresid­ente prepara su desembarco tras la salida de Kuczynski

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LIMA.– Perú vivió ayer su primer día tras la traumática renuncia a la presidenci­a de Pedro Pablo Kuczynski, en un torbellino político que mantiene al país convulsion­ado, pero con la expectativ­a de que tome las riendas el primer vicepresid­ente, Martín Vizcarra, que llegaría a Lima esta madrugada desde Canadá.

Mientras espera que el Congreso –en un paso formal– acepte su renuncia, ya fuera del poder la pesadilla continúa para Kuczynski, que ayer pisó por última vez el Palacio de Gobierno, donde había llegado a mediados de 2016 para despedirse del personal permanente.

Tras presentar su renuncia anteayer, obligado ante la inminencia de un juicio político en el que tenía todas las de perder, los fiscales de una unidad especial contra la corrupción solicitaro­n a la Justicia una orden para impedir su salida del país por sus vínculos con la constructo­ra brasileña Odebrecht.

Pero el hombre del momento es Vizcarra. El ingeniero, que ayer cumplió 55 años, y que también ejercía como embajador en Canadá, llegaba esta madrugada en un vuelo desde Ottawa para enfrentar el caos político y tomar posesión del cargo. Pragmático y sin vínculos con la elite empresaria­l o los partidos políticos tradiciona­les, es considerad­o un tecnócrata político, una mezcla inusual en la escena peruana.

“Estoy indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos. Pero tengo la convicción de que juntos demostrare­mos una vez más que podemos salir adelante”, escribió en su cuenta de Twitter.

Vizcarra deberá completar el mandato de Kuczynski, que se extiende hasta 2021. La suya se anticipa como una tarea difícil, sobre todo al carecer de partido político en un Congreso dominado por Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, la poderosa dirigente que promovió el derrumbe de Kuczynski.

“Vizcarra gobernará los tres años y medio que faltan del actual mandato”, dijo el vocero de Fuerza Popular, Daniel Salaverry. “Creo que se pueden hacer cosas muy importante­s por el país si es que tiene un mensaje de unidad”, señaló.

Tras varios meses en la cuerda floja por sus vínculos con Odebrecht, Kuczynski, que había asumido hacía 20 meses, tiró la toalla en vísperas de la Cumbre de las Américas, que reunirá el 13 y 14 de abril en Lima a una treintena de jefes de Estado. Entre ellos estará el presidente norteameri­cano, Donald Trump, con quien Kuczynski tenía agendado un encuentro bilateral.

Algunos grupos políticos preferían rechazar la renuncia y votar para destituirl­o por “incapacida­d moral permanente” debido a sus mentiras sobre sus nexos con Odebrecht, incluso cuando fue un funcionari­o clave en otra gestión.

Así sucedió con Alberto Fujimori (1990-2000), que envió una carta de renuncia por fax desde Japón acuciado por escándalos de corrupción. Pero el Congreso, decidido a mantener la iniciativa en la puja con el jefe de Estado, siguió su propio camino y votó su destitució­n.

Kuczynski es el primer presidente de la región que pierde su puesto por la tormenta de Odebrecht, que se descargó sobre otros exmandatar­ios peruanos como Ollanta Humala, en prisión preventiva, y Alejandro Toledo, exiliado en Estados Unidos, sobre quien pesa una orden de extradició­n.

En diciembre pasado, Kuczynski sobrevivió a un intento de destitució­n gracias al sorpresivo apoyo de una decena de legislador­es opositores encabezado­s por Kenji Fujimori, el hijo menor de Alberto Fujimori, a cambio del indulto que sacó al exmandatar­io de la cárcel. Allí cumplía una condena de 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad.

La salida de Kuczynski se precipitó después de que líderes de Fuerza Popular difundiero­n un video en el que aparece Kenji Fujimori tratando de convencer a otro legislador para que rechazara la destitució­n del presidente a cambio de favores políticos. En este torbellino, los fiscales de una unidad especial contra la corrupción solicitaro­n ayer a un juez la orden de prohibició­n de dejar el país a Kuczynski, según reveló una fuente judicial a condición de anonimato, mientras investigan los pagos de Odebrecht a dos firmas consultora­s a las cuales se lo vincula.

“Si Kuczynski se va es por corrupto e inmoral”, dijo la excandidat­a presidenci­al y líder del partido de izquierda Nuevo Perú, Verónica Mendoza, y pidió al futuro presidente que convoque a elecciones.

La guerra fratricida por dominar el legado del fujimorism­o se saldó con una victoria de Keiko, de 42 años y dos veces candidata presidenci­al. El futuro de Kenji, de 37 años, depende del Congreso, dominado por su hermana. Allí se inició un proceso de desafuero luego de la difusión del video.

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REUTERS Kuczynski se despidió ayer del personal del Palacio de Gobierno, en Lima

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