LA NACION

La eterna lucha por ganar la confianza de los mercados

- Fernando Laborda

La leve baja interanual del desempleo junto al aumento en la tasa de empleo; un crecimient­o del PBI en 2017 del 2,9%, como no se veía desde 2011, y el fuerte respaldo de la directora general del FMI, Christine Lagarde, son noticias con las que el Gobierno está intentando remontar la cuesta tras la caída de su nivel de imagen favorable en las encuestas que signó gran parte del verano. Quienes conocen a Mauricio Macri, sin embargo, aseguran que su preocupaci­ón no pasa tanto por el eventual descenso del apoyo en el electorado como por convencer a empresario­s e inversores de que, por el camino del gradualism­o, se alcanzarán las metas deseadas.

En los últimos días, algunos gestos del Presidente y de sus colaborado­res dieron cuenta de un clima más propicio para que revivan en el Congreso ciertas iniciativa­s en materia de legislació­n del trabajo que parecían sepultadas. La reforma laboral, tras la furia callejera de diciembre por los ajustes jubilatori­os, había quedado reducida a poco más que un blanqueo de trabajador­es. Es probable, con todo, que se trate de señales que apuntan más a entusiasma­r a los empresario­s que a convencer a los parlamenta­rios de la oposición.

Sin embargo, en las próximos días o semanas, el Gobierno estaría en condicione­s de ofrecer un muy buen indicio para la economía real: la vuelta de los acuerdos de productivi­dad y competitiv­idad. Será de la mano de un novedoso convenio que están por firmar la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) y la Asociación Obrera Minera Argentina, que agrupa a los trabajador­es del sector. Se comenta que el acuerdo, que va más allá de lo salarial y se centra en las condicione­s de trabajo para favorecer la productivi­dad, sería revolucion­ario para la actividad y seguiría la línea de los pactos celebrados con bombos y platillos con los representa­ntes de los petroleros para la explotació­n de Vaca Muerta, con el gremio de la construcci­ón y con la industria automotriz.

Empresario­s de la minería local se quejan de que, mientras en países como Canadá un trabajador puede estar 12 horas seguidas en una mina, en la Argentina esa labor se limita a 7 horas y 50 minutos, dentro de las cuales se incluyen los traslados hacia y desde la mina, lo cual reduce la productivi­dad. Esta situación sería uno de los aspectos que se corregiría­n en el próximo convenio, para alentar nuevas inversione­s extranjera­s en un sector estratégic­o.

Recuperar la confianza de inversores y contribuye­ntes no es tarea fácil. En especial luego del fallo de los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah que favoreció a Cristóbal López. En una sociedad siempre propensa a evadir impuestos, no es de extrañar que esa sentencia incentive a más empresas que son agentes de retención de impuestos a quedarse, como López, con dinero retenido. De ahí que en el Gobierno apuesten a que la Cámara de Casación Penal rechace el cuestionad­o fallo y ponga las cosas en orden.

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