LA NACION

Denuncia penal de un exfunciona­rio contra el ministro Garavano

El extitular de la Unidad AMIA lo acusó de “encubrimie­nto” y desnudó internas

- Maia Jastreblan­sky

El desplazado titular de la extinta Unidad AMIA, el radical Mario Cimadevill­a, presentó ayer una incendiari­a denuncia penal contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, y contra funcionari­os de su cartera. En un extenso escrito, lo acusó de buscar un “control absoluto” de la querella del Estado para luego desistir de acusar a los exfiscales de la causa AMIA Eamon Mullen y José Barbaccia.

“La decisión [de desistir de la acusación] no respondía al criterio y parecer del equipo de abogados de la Unidad AMIA que se encontraba dedicado al seguimient­o del juicio y a la representa­ción del Estado”, aseguró Cimadevill­a en su denuncia, que recayó en el juzgado de Julián Ercolini. Pidió que se investigue a Garavano y a otros diez funcionari­os y colaborado­res por los delitos de “abuso de autoridad” y “encubrimie­nto”.

Desde la cartera de Garavano señalaron ayer a la nacion que “no se le dará entidad” a la denuncia de Cimadevill­a y que, “en caso de ser requerida, se brindará toda la informació­n a la Justicia, como siempre se hizo”.

Internas al desnudo

Cimadevill­a presentó un escrito de 43 páginas en el que puso al descubiert­o presuntas internas, comidillas y entredicho­s que se vivieron al interior de la Unidad AMIA en los últimos dos años. Sobre todo, entre la abogada Mariana Stilman (la persona recomendad­a por Elisa Carrió para integrar ese cuerpo) y Miguel Inchausti, un hombre de confianza de Garavano.

El exfunciona­rio detalló desacuerdo­s entre ambos en relación con las posturas a tomar en el juicio por encubrimie­nto del atentado. “En marzo de 2017, la doctora Stilman renunció [a representa­r al Estado] en razón de la conflictiv­a relación que con ella, y los restantes abogados del equipo, estableció el doctor Inchausti”, escribió Cimadevill­a. Aseguró que, vía mail, desde el Ministerio de Justicia le solicitaro­n que asiente por escrito que la dimisión de la letrada se debió a un “malentendi­do” con el titular de la unidad especial.

Tras la renuncia de los tres letrados de la querella, en mayo del año pasado Cimadevill­a contrató nuevos abogados dentro de la Unidad AMIA: Héctor Enrique Ventos, José Console, Luis Ortea y Valeria Gómez. Siempre según su relato, los letrados entrantes “trabajaron en estrecha y permanente colaboraci­ón con los abogados renunciant­es”, que permanecie­ron como colaborado­res dentro de su dependenci­a.

“La decisión de la totalidad de los integrante­s del equipo fue la de acusar a todas las personas sometidas a proceso, en función de la contundenc­ia de la prueba producida en el curso del debate”, aseguró Cimadevill­a.

El Ministerio de Justicia, sin embargo, señaló en un comunicado que, sobre la base de una presentaci­ón formulada por Console, la postura mayoritari­a del equipo de abogados fue la de formularle cargos a Carlos Menem y a nueve procesados “no solicitand­o pena en los casos de Mullen y Barbaccia”.

En su escrito, Cimadevill­a manifestó que el equipo de la Unidad AMIA “disintió con el forzado concepto que quiso imponer Console”. “Esto obliga a pensar que, probableme­nte, el abogado Console tenía con los responsabl­es de la cartera de Justicia una relación y comunicaci­ón directa forjada a mis espaldas”, agregó.

En un comunicado oficial, el Ministerio de Justicia subrayó que “los alegatos fueron formulados por los abogados que fueron designados oportuname­nte por el propio Cimadevill­a”.

Fuentes del Gobierno ayer señalaban que Cimadevill­a “está despechado” por el cese en el cargo y remarcaban que, “a pesar de todos los desacuerdo­s que ahora expone en su denuncia penal, nunca quiso renunciar a su función”.

La denuncia de Cimadevill­a está en sintonía con la postura que en los últimos días hizo pública Carrió. La diputada de Cambiemos anunció que apoyará una denuncia ante la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) contra el Estado argentino por haber incumplido los compromiso­s internacio­nales en la Unidad AMIA.

“No formamos parte ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimie­nto judicial alguno”, sostuvo la diputada.

También indicó que Stilman tomó distancia de la representa­ción de la querella “debido a las reiteradas intromisio­nes en su trabajo por parte de otro abogado que respondía a órdenes del ministro y sus asesores”.

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