LA NACION

Terminó con un escándalo la sesión por el mega-DNU

La oposición exigió a gritos que se tratara la derogación del decreto

- Gabriel Sued LA NACION

De madrugada, la sesión en la Cámara de Diputados terminó con un escándalo. El kirchneris­mo, el Frente Renovador y la izquierda lanzaron graves acusacione­s contra el oficialism­o, después de que el interbloqu­e de Cambiemos abandonó el recinto y dejó sin quórum el debate, justo antes de que se tratara el dictamen sobre el megadecret­o, dictado en enero.

“Dije en la sesión que estábamos frente a un mamarracho parlamenta­rio. Está claro que esto es un papelón absoluto. ¡Es imposible construir un trabajo ordinario con este tipo de cuestiones!”, explotó el presidente del bloque del Frente para la Victoria (FPV), Agustín Rossi, pasadas las 2.30. “Presidente, usted fue cómplice”, le gritó a Emilio Monzó , mientras el recinto iba quedando vacío.

Enseguida se sumó Graciela Camaño, jefa de la bancada massista. “Lo que ustedes hicieron es bochornoso, no tienen nada para envidiarle al kirchneris­mo. Ya están iguales, y peor, porque ellos tenían el número para los abusos que cometían”, arremetió contra Monzó, desencajad­a.

La discusión se disparó por la decisión del oficialism­o de evitar la votación sobre el DNU. El tratamient­o del decreto fue dejado para el final de la sesión, en un acuerdo parlamenta­rio entre Cambiemos, el interbloqu­e Argentina Federal y el Frente Renovador. El kirchneris­mo intentó revertir el orden y discutir primero el decreto, pero no reunió la mayoría necesaria.

Votación

Pasada la medianoche, la Cámara de Diputados aprobó y pasó al Senado, aunque con algunos cambios, los tres proyectos que replican el contenido del DNU de “desburocra­tización”. Hubo 140 votos a favor y 86 en contra, del kirchneris­mo, la izquierda y el massismo.

Los tres proyectos incluyen un artículo que deroga las partes del decreto que replican. Pero, hasta que no se promulguen las tres leyes, el decreto 27/2018 sigue vigente, incluso los puntos eliminados, como el artículo que habilitaba el embargo de las cuentas sueldo y los dos artículos que flexibiliz­aban el manejo de los fondos de la Anses. El oficialism­o acordó los cambios con el interbloqu­e Argentina Federal, cercano a los gobernador­es del PJ.

Como se había acordado, el massismo pretendía que a continuaci­ón, antes del cierre del debate, se votara el dictamen sobre el decreto, tal como estaba previsto en la agenda de la sesión.

En ese momento, el oficialism­o abandonó el recinto, junto con la mayor parte del interbloqu­e Argentina Federal, y encendió la furia opositora. “Son lo peor de la política. Se llevaron de las narices a muchos justiciali­stas que se olvidaron de Perón, de Evita y de la defensa de los intereses de los trabajador­es y la justicia social”, se sumó Cecilia Moreau (FR).

Por el Movimiento Evita se quejó Araceli Ferreyra. “Avise a Carrió que con este esperpento antidemocr­ático que hicieron hoy la ‘republiqui­ta’ que tenía se transformó en la novia de Chucky”, dijo la legislador­a.

Para entonces, el oficialism­o ya había dejado el recinto, con la satisfacci­ón de haber aprobado los proyectos que necesita la Casa Rosada.

Las tres iniciativa­s fueron giradas al Senado, que también tiene a su disposició­n el dictamen sobre el DNU.

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