The Breeders vuelve con el nervio intacto
Hubo alguna razón por la cual The Breeders dejó de funcionar full time durante diez años –desde la aparición de Mountain Battles (2008) hasta hoy–. Pero ninguno de los integrantes de la banda recuerda con claridad cuál fue. “Problemas tuvimos muchos, pero no tengo claro por qué nos peleamos. Hoy las cosas son distintas. Para empezar, Kelley y yo estamos sobrias”, dijo hace poco Kim deal. está claro que la acostumbrada ironía filosa de la exbajista, y pieza fundamental, de los Pixies se mantiene intacta. Y también que el humor sirve en este caso para matizar una realidad conocida: durante años su proyecto musical estuvo bombardeado, o directamente detenido, por los problemas de ella con las drogas y de su hermana gemela Kelley con el alcohol. “estuve en un show de The Breeders y me preocupan severamente la salud y la seguridad de la banda”, escribió alguna vez michael azerrad, conocido periodista de medios como Spin, Rolling Stone y The New York Times y autor de una famosa biografía de Kurt Cobain, uno de los admiradores más célebres de The Breeders.
Pues bien, las cosas han cambiado un poco. Las hermanas deal llevan una vida más sosegada y All Nerve es una sorpresa muy agradable. Para una banda que fue emblema del rock alternativo de los 90 gracias al poder y el encanto de dos discos fabulosos –Pod (1990) y Last Splash (1993)–, el desafío no era menor: estar a la altura de una mitología que la prensa musical construyó con buenos argumentos y cuyos ecos no se detuvieron nunca (la australiana Courtney Barnett, que el año pasado grabó un álbum exquisito con Kurt Vile, dijo que la música de The Breeders le cambió la vida).
Pod, que incluía una lacerante y narcótica versión del clásico de los Beatles “Happiness is a Warm Gun”, pasó a la historia como uno de los discos predilectos del torturado líder de nirvana.
Last Splash vendió más de un millón de copias montado en un hit inoxidable, “Cannonball”. Y All Nerve nació a partir de una iniciativa que presagiaba lo peor: la nostalgia por aquellas épocas doradas. La idea de grabar un nuevo disco apareció por primera vez cuando The Breeders se reunió para celebrar el aniversario 20 de Last Splash y se fue desarrollando de a poco, con steve albini una vez más como cómplice necesario de un sonido innegociablemente orgánico y robusto.
obstinadas, las hermanas deal solo probaron la tecnología digital en un tema, la ensoñadora balada “dawn: making an effort”, más cerca de Beach House que del habitual temperamento volcánico de The Breeders. el resto mantiene las coordenadas habituales del grupo que hoy completan el baterista Jim mac Pherson (Guided By Voices) y la bajista Josephine Wiggs (Luscious Jackson): una música que combina aspereza y levedad con la misma sagacidad que deal ha patentado como autora de letras en las que la rabia convive con la vulnerabilidad. ese singular y paradójico maridaje también se refleja en los habituales cambios de velocidad que son una especialidad de la banda y que deal también introdujo en los Pixies. “spacewoman” es el ejemplo más acabado de esas variantes en los rangos dinámicos: ritmos inestables en una canción que inicialmente invita a imaginar un cielo estrellado y después se transforma en una distorsionada catarsis provocada por la alienación.
Una de las novedades de All Nerve es la aparición de Wiggs como cantante principal: su voz fría e imperturbable calza a la perfección en el entorno post-punk de meta Goth. el resto es más o menos conocido: líneas de bajo hipnóticas, guitarras sucias y angulosas, una ejemplar valoración de los espacios para airear una canción y ambientes espectrales en los que la inclinación por la intimidad no necesariamente excluye la crudeza: en “Walking With The Killer”, deal cuenta que camina pegadita a un asesino, que sabe que debería huir o esconderse, pero sin embargo se queda ahí. Tan evocativa y críptica como siempre, nos invita a imaginar un final, liberándonos de la tiranía del discurso cerrado y autoindulgente.