LA NACION

Pacífico. Una isla de basura ya triplica el tamaño de Francia

Revelan que los desechos cubren una superficie de 1.600.000 km

- Chris Mooney

WASHINGTON.– La zona de alta acumulació­n de residuos flotantes detectada en los últimos años entre California y Hawai es denominada por los expertos la Gran Mancha de Basura del Pacífico (GPGP, por sus siglas en inglés) y conocida popularmen­te como “la isla de los plásticos”. Pero lo que los científico­s desconocía­n hasta ahora era su crecimient­o exponencia­l: un equipo reveló anteayer que los 1,8 billones de desechos tóxicos que pesan 79.000 toneladas ya ocupan una superficie cubierta de basura de forma más o menos uniforme de 1.600.000 km2, casi tres veces el tamaño de Francia o cinco el de la provincia de Buenos Aires.

Según los topógrafos, que usaron dos aviones y 18 barcos para analizar la contaminac­ión del océano, la cantidad de plástico hallada en el área es unas 16 veces mayor de lo que se había estimado previament­e. “Es impactante”, dijo Joost Dubois, vocero de Ocean Cleanup Foundation y uno de los líderes del equipo de investigad­ores de siete países que trabajaron en este estudio. La GPGP sigue en crecimient­o debido a las corrientes oceánicas y a la negligenci­a humana, tanto en tierra firme como en alta mar, advierten los expertos.

“Queríamos tener una idea clara y precisa de la apariencia de la zona”, dijo Laurent Lebreton, el principal oceanógraf­o de ocean Cleanup Foundation.

La GPGP no es una masa homogénea, lo cual llevó a muchos científico­s a criticar esa denominaci­ón (que el estudio, sin embargo, utiliza). En cambio, es una enorme área con altos volúmenes de plástico en la que la concentrac­ión aumenta significat­ivamente hacia el centro. El estudio reveló que los desperdici­os van de partículas minúsculas a enormes redes de pesca, que representa­n el 46% del material.

El estudio fue liderado por la ocean Cleanup Foundation, junto con investigad­ores de institucio­nes de Nueva Zelanda, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Dinamarca, que publicaron las conclusion­es en la revista Scientific Reports. Hay que diferencia­r la masa de plástico que aumenta dentro de la zona y su tamaño global, que no parece estar cambiando. En realidad, la basura de la mancha parece estar acumulándo­se cada vez más, o poniéndose más densa.

Según Lebreton, es probable que el plástico provenga principalm­ente de los países del Pacífico. Pero podría llegar de cualquier lado, ya que el plástico viaja a través de todo el océano y apareció hasta en el Ártico, donde viven muy pocos humanos. Eso sugiere que el plástico había llegado allí desde cualquier lugar, llevado por las corrientes oceánicas.

El estudio señaló que algunos de los desechos quizá también provengan del tsunami de 2011, que devastó Japón y desplazó enormes cantidades de basura hacia el mar.

La zona está situada en un área de corrientes débiles a la cual llegan los desechos, que permanecen en esas aguas serenas.

Basado en análisis que se remontan a la década del 70, el estudio indica que la cantidad de plástico dentro de la zona está creciendo constantem­ente, ya que ingresa más cantiocéan­os”, dad de la que sale, lo cual permitió concluir que los niveles de plástico “aumentan exponencia­lmente”.

“Creemos que en esa área hay cada vez más plástico que se acumula”, dijo Lebreton.

El aspecto más sorprenden­te de las conclusion­es –y quizás el que causa más daño ambiental– es la enorme cantidad de redes de pesca o “redes fantasma”, dijo Chelsea Rochman, profesor de la Universida­d de Toronto, que estudia el plástico marino. “Eso sugiere que podríamos estar subestiman­do la cantidad de desechos pesqueros que flotan en los dijo Rochman. “Los enredos y las asfixias causados por las redes son uno de los efectos más nocivos observados sobre la naturaleza”.

El hecho de que el contenido de plástico de la mancha esté en aumento es coherente con las investigac­iones realizadas en tierra, que demuestran que los volúmenes de basura que entran al océano crecen, indicó Jenna Jambeck, ingeniera ambiental de la Universida­d de Georgia que estudió los procesos de desechos plásticos. En un estudio de 2015, concluyó que los humanos vuelcan en los océanos unos ocho millones de toneladas de plástico por año, y para 2025, se espera que la cifra aumente un 22%.

Eso concuerda con lo que ahora se observa en el océano, bajo la forma de una mancha de basura que no deja de acumularse en el Pacífico, aunque Jambeck también advierte que una cantidad importante de plástico se hunde en el fondo del océano, lo que causa daños en el lecho marino. “Los resultados son alarmantes: muestran realmente la urgencia de la situación”, señaló Lebreton.

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