LA NACION

Se agrava la guerra narco

Dos sicarios ejecutaron a tres presuntos vendedores de droga en una zona ensangrent­ada por los repetidos ajustes de cuentas entre bandas criminales que buscan reemplazar a Los Monos

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Poco después de las 22, un Chevrolet Astra frenó en Colón al 3800, en el barrio La Tablada, en la zona sur de Rosario, y dos hombres bajaron armados del auto. Se encaminaro­n hacia un búnker de drogas, que funciona allí desde hace tiempo. Sin dudarlo, ejecutaron de 15 disparos a tres personas que estaban dentro de la vivienda y huyeron.

Este triple crimen se produjo anteanoche en una zona donde la violencia se viralizó desde principios de 2018, luego de que recrudecie­ran los asesinatos por la disputa territoria­l por la venta de drogas, entre los clanes de los Funes y Caminos, ambos ligados a la barra brava de newell’s.

En los primeros dos meses de este año se produjo en Rosario una decena de crímenes vinculados a la guerra entre esas dos familias, que pretenden dominar el tráfico de estupefaci­entes en esa zona. En 2018 se registraro­n más de 40 asesinatos en Rosario, donde se acrecentó durante este último tiempo el crimen con sicarios, con el mismo esquema observado en el triple crimen cometido anteanoche.

El Ministerio de Seguridad de la nación renovó el convenio para aportar fuerzas federales a Santa Fe, donde hay más de 3000 efectivos. Estaba previsto que se llevara adelante hace 15 días un refuerzo de efectivos, pero no hubo acuerdo entre el gobierno nacional y esta provincia para que el municipio de Rosario y la administra­ción provincial de Miguel Lifschitz se hagan cargo de los viáticos de los nuevos agentes. En la ciudad de Santa Fe se envió, en cambio, un refuerzo de 200 gendarmes y prefectos luego de que el intendente José Corral accediera a desembolsa­r los fondos para los gastos de los uniformado­s.

Los cuerpos de Omar Palavecino, apodado Petete, de 42 años; Fabricio Heredia, de 36, y Marcelo González, de 45, quedaron tirados en el piso de una casa donde sirve de centro de distribuci­ón de drogas en esa zona del sur rosarino. Estaban sentados en torno de una mesa, a punto de cenar.

En ese mismo lugar, el 16 de marzo de 2014, en un operativo antidrogas, fue detenido Palavecino, una de las víctimas de la ejecución de anteanoche, junto con 16 personas en distintos allanamien­tos en la zona.

Esa banda, según la investigac­ión de la Justicia Federal, es liderada por Miguel Ángel Medrano, procesado por la Justicia Federal de ser uno de los distribuid­ores de estupefaci­entes en ese sector de Rosario. El 28 de julio pasado, la Cámara Federal de Rosario revocó la excarcelac­ión que le otorgaron a Medrano.

Hace poco más de cuatro años se hicieron una serie de allanamien­tos, y se detectó –con secuestro de drogas y balanzas– que esa organizaci­ón manejaba siete búnkeres en el sur de Rosario. Los investigad­ores confirmaro­n que se distribuía cocaína en Quintana entre Esmeralda y Chacabuco, Colón al 3800, Ayacucho y Centeno, Biedma al 200, Colón y Quintana, y en Gaboto 900, donde en vivía Medrano.

Fuentes policiales indicaron a la nacion que el triple crimen tiene que ver con la disputa narco en Rosario. Los sicarios bajaron del Chevrolet Astra, e inmediatam­ente después patearon la puerta de la casa de Colón al 3800, donde entraron disparando y sorprendie­ron a Palavecino, González y Heredia, quienes fueron acribillad­os.

Los efectivos policiales recolectar­on 15 vainas en ese inmueble. Tras escuchar los disparos ningún vecino salió a la calle. Esperaron unos minutos para averiguar qué había pasado, hasta que confirmaro­n que los disparos habían cesado. Peleas territoria­les

A unos metros de ese búnker que está en la esquina de Colón y Biedma, donde aún persisten las zanjas, fue baleado el 29 de enero pasado un ciudadano argelino, de 42 años, que sufrió heridas en el cráneo y en la cadera, y que se recuperó en el Hospital Provincial.

Ese ataque habría sido ordenado, según los investigad­ores, por Rubén Segovia, alias Tubi, un sicario de la banda de Los Monos que trabaja para el clan Caminos. Este hombre fue detenido en 2017, cuando pretendía disputar la jefatura de la barra de newell’s. Para llegar a ese objetivo ejecutó a varias personas. Está imputado de ser el autor intelectua­l del asesinato de Lisandro Javier Fleitas, a quien le dispararon cinco balazos el 10 de noviembre de 2016 en Callao y Mr Ross. Ese muchacho habría muerto por error, porque los disparos iban dirigidos a Lautaro Funes, quien actualment­e está preso junto con su hermano Alan en la cárcel de Piñero.

Los investigad­ores apuntan a que este nuevo hecho de violencia extrema se desató en el mismo plano de la disputa entre Funes y Caminos, que regó de sangre las calles del barrio La Tablada durante enero y febrero. La hermana de Segovia, Marcela Díaz, fue asesinada el 14 de enero pasado en el marco de esta disputa.

El caso es investigad­o por el fiscal Luis Schippa Pietra y la Policía de Investigac­iones. Fuentes policiales indicaron que las víctimas tenían antecedent­es penales.

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Marcelo manera El escenario de la nueva ejecución narco era un puesto de venta minorista de drogas

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