Tagliafico y Bustos, laterales con proyección
Una de las lupas de la selección estaba puesta en los laterales. Sampaoli, en un principio, pretendía jugar con línea de 3 porque no veía muchos laterales que lo convenzan del todo. Finalmente probó y llegó a la conclusión de que le daría una oportunidad a la línea de 4. Ante una Italia que se paró 4-3-3, fue una prueba interesante para Fabricio Bustos (en el costado derecho) y a Nicolás Tagliafico en la banda izquierda.
Los dos tuvieron un ida y vuelta interesante dentro del 4-2-3-1 que aplicó Sampaoli aunque las “sociedades” con los dos mediocampistas que tuvieron por delante cada uno no fueron del todo aceitadas. Tagliafico respaldó ofensivamente a Di María más de lo que Di María lo ayudó defensivamente a él. El zurdo se proyectó seguido, fue alternativa de pase abierto, no se encimó con un Di María que fue el futbolista ofensivo con más intentos de finalizaciones. Y Tagliafico estuvo cerca del gol, con un zurdazo cruzado que salvó Buffon, apareciendo como wing porque se habían cerrado Lanzini y Di María.
Bustos-Lanzini no fue tándem ofensivo porque la Argentina atacó más por la izquierda, pero cuando lo hizo por allí, Lanzini recibía bien abierto y Lo Celso era quien se ofrecía como alternativa de pase más cercana. En la transición ataque-defensa, Lanzini (con 8 recuperaciones) colaboró mejor con Bustos de lo que lo hizo Di María con Tagliafico.
Tanto Bustos como Tagliafico respondieron defensivamente manteniendo la simetría entre líneas en vertical (achicaron bien y por eso a Italia le cobraron 5 off-sides) y horizontal, aunque una de las pocas veces que perdió Bustos (le ganó la espalda Immobile) debió salvarlo Caballero. Pero fueron excepciones.
En el segundo tiempo, sobre todo, creció la figura del arquero argentino pero las falencias defensivas de la selección se debieron más a los flojos trabajos de los mediocampistas que a errores de la última línea.