España mantiene su filosofía
El próximo rival de la Argentina igualó 1-1 con Alemania
Julen Lopetegui Agote es un entrenador español, de 51 años, que desde fines de julio de 2016 es el conductor del seleccionado, uno de los más admirados del planeta. Especialista en docencia –durante cuatro temporadas fue el capitán de la embarcación de los seleccionados juveniles– y de convincente anterior desempeño en Porto, se integró fácil en un equipo acostumbrado a agradar a todos los paladares. Juega, gusta y gana.
Es un candidato natural a consagrarse en Rusia, por estilo, estrellas y pasado reciente. Lo tiene todo: belleza, prepotencia y largas horas de laboratorio. Próximo adversario amistoso de la Argentina –el martes venidero, en Madrid–, tuvo un desempeño de salón, a la altura de su reseña, en un ensayo en Düsseldorf contra el campeón del mundo y favorito de todos los tiempos, Alemania. El 1-1 –con una convención de toques–ofrece un panorama peligroso para el seleccionado de Sampaoli, que conoce de memoria a los integrantes de la vistosa furia roja.
Se impuso en la posesión (55 por ciento) y remató siete veces al arco. Aún cuando fue superado –en un tramo de la segunda mitad–, no trastabilló. El gol fue marcado por Rodrigo Moreno Machado, el número 9 de Valencia, nacido en Río de Janeiro. Toda una curiosidad, en un mundo sin fronteras: fue reemplazado por Diego Costa, también nacido en Brasil y otra vez en Atlético de Madrid.
Más allá de las nacionalidades y de ser una formación fascinante, también a la hora de la contención, con De Gea, en el arco, Sergio Ramos y Piqué, como centrales, y Carvajal y Alba como doble agentes –pasan de ser sólidos laterales a convertirse en punzantes punteros–, lo mejor, lo más bonito, son las delicias del mediocampo.
Alguna vez, Alfio Basile se enamoró de los bajitos en una etapa romántica y, con el tiempo, ciertamente traumática del seleccionado nacional. España se entretiene con el balón y, por eso, es indispensable no sólo quitárselo: hay que escondérselo. Iniesta (1,71 metro), Silva (1,70m), Isco (1,76m) y Thiago Alcántara (1,72m) jugaron a la distracción, los amagos y el control, con una precisión del viejo oficio del artesano. El defecto es... su virtud: tanto quieren al balón, que no lo largan, ni siquiera, para patear al arco.
El 1-1, marcado por Müller –un remate al ángulo de un jugador tan indescifrable como fascinante–, lo dejó en estado de shock. Alemania también lo tiene todo: juego, tradición, soltura y figuras como Özil, Draxler, Kroos, Hummel y Khedira (retirado, con una leve lesión). “Venir a Alemania y querer dominar los 90 minutos es complejo. Hemos demostrado personalidad”, asegura Lopetegui, un DT relativamente nuevo, para un equipo que juega de memoria.