los nuevos códigos de la Ciudad
Ingresó en la Legislatura Porteña el nuevo Código Urbanístico que entre los principales cambios fomenta que se viva, trabaje y disfrute en un mismo barrio, que las zonas bajas sigan siendo de casas bajas y reconoce a las villas como partes de la ciudad estableciendo la garantía de servicios e infraestructura pública. El proyecto impulsado por el Gobierno de la Ciudad también establece criterios de sustentabilidad y determina que la altura máxima de los nuevos edificios no estará determinada por la parcela sino por la identidad de cada barrio. Son seis alturas distintas –en reemplazo de las 27 que actualmente están vigentes– y van desde dos pisos (nueve metros) hasta 12 pisos (38 metros). Un punto que genera una fuerte resistencia del sector. “Es como tirar una sábana en la ciudad. Qué pasa con los barrios que no crecieron en un contexto en el que se construía propiedades en zonas top que sólo compraban los inversores”, se queja un empresario. Desde la Ciudad responden que se propone garantizar una mayor homogeneidad formal, además de preservar la identidad de los barrios residenciales. “Buscamos que quien eligió vivir en un barrio de casas bajas tenga la seguridad de que unos años después no le construirán allí una torre”, explica Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño. Con las nuevas reglas ya no será posible que en un barrio residencial un desarrollador compre varios terrenos y levante una torre. El actual Código Urbano fue implementado en 1977 y se pensó en una ciudad segmentada por usos. Así surgió el área de educación en Ciudad Universitaria, la de finanzas en el microcentro y la de industria en la Ribera del Riachuelo. El objetivo es descentralizar y que cada barrio sea un centro en sí mismo. Veremos si prospera, aunque fuentes adelantan que podría haber sorpresas durante esta semana.