LA NACION

“Me fascina ser esa persona que deja su estela con el perfume” –El diseño me encanta, pero solo

La actriz de Hollywood es la nueva embajadora de una fragancia; la semana pasada, en la presentaci­ón, habló de patrones estéticos, tendencias y del poder femenino

- Texto Valeria Mollo | Foto Gentileza Avon

Con un estilo muy Carmen Miranda, un pañuelo en la cabeza, dos aros argolla enormes y un vestido floreado de Dolce & Gabbana de corte irregular, Eva Mendes presentó la fragancia Eve Duet de Avon en la Ciudad de México. Actriz de Hollywood, empresaria exitosa, nacida en Miami, pero con la sangre cubana muy a flor de piel, está casada con Ryan Gosling y es madre de dos niñas. Alejada un tanto de las cámaras, dedica su tiempo a la familia y a sus emprendimi­entos, y es la nueva embajadora de la marca, que la eligió porque representa a la perfección el estilo de mujer genuina, fiel a sí misma e independie­nte. Sumamente cálida, como si el salón del hotel donde se llevó a cabo la presentaci­ón fuera el living de su casa y ella fuera la anfitriona, a pesar de que le cuesta un poco, insistió en hacer la entrevista en español y siempre mantuvo esa sonrisa enorme que la caracteriz­a. Sin dudas, tiene en su ADN llevarse el mundo por delante. –¿Qué hace diferente a Eve Duet? –Lo que me encanta de esta fragancia es que puedo hacer diferentes combinacio­nes según mi estado de ánimo. Como le sucede a mucha otra gente, yo paso en un mismo día por diferentes estados, dependiend­o de cómo me levanto y lo que tengo que hacer. –¿Qué sentiste al ser elegida como embajadora de esta fragancia? –La verdad no sé, pero les doy las gracias (risas). Avon y yo estuvimos hablando por muchos años, siempre quisimos hacer una colaboraci­ón; entonces, cuando me llamaron y me explicaron cómo es el producto, pensé que no había otro igual, y acepté feliz. Además, con la marca me une un lazo afectivo, porque mi tía era revendedor­a de Avon, así que mi mami tenía de todo y yo jugaba a maquillarm­e. Cuando yo tengo recuerdos de mi mami y mi tía, siempre está presente Avon. –¿Cómo elegís un perfume? ¿Qué vínculo tenés con las fragancias? –Suelo ser fiel a una misma fragancia, pero debo reconocer que me gustan mucho los diseños de los frascos, disfruto muchísimo verlos uno al lado del otro en un estante. Me gustan las fragancias florales, según la ocasión o cómo me siento. Pero definitiva­mente me fascina ser esa persona que deja su estela con el perfume cuando te bajas de un ascensor. Lo que también me sucede es que a veces quiero pasar inadvertid­a entonces busco una fragancia más suave. Creo que todos somos diferentes y lo que me encanta de Eve Duet es que con ella puedes ser lo que tú quieras. –Te apasiona el diseño de interiores, ¿qué relación encontrás entre las tendencias de moda y las de decoración, entre cómo una persona elige vestirse y la forma en que viste su casa?

”Mi línea de ropa es accesible, porque busco justamente eso. Para mí no sirve ponerte una prenda solo una vez y listo, es una locura eso”

lo pongo en práctica en mi casa. Hace como un año, una amiga me dijo: “Por qué no te vistes como tú tratas a tu casa”. Siempre estoy cambiando algo en mi casa, tengo un libro de los años 80 de decoración de la Argentina. Mis casas favoritas son aquellas que tienen diferentes estilos, me encanta que sean eclécticas. Y estoy poniendo en práctica el consejo de mi amiga, para mí dos estampados que a primera vista parecen no combinar, como este pañuelo que llevo en la cabeza y mi vestido, en realidad van perfecto, porque yo digo que funcionan (risas). Así es mi hogar, una casa loca. –Sos una mujer empoderada, tenés tu línea de maquillaje­s y ropa, y sos referente para muchas mujeres. ¿Heredaste esta fuerza? –Mi mami vino de Cuba a los Estados Unidos con tres niños, sin nada, sin dinero, sin hablar el idioma. De los cuatro hijos que tuvo, yo fui la única que nació en Miami. De ella fue de quien aprendí a ser una mujer independie­nte y segura. Mis hermanos mayores siempre ayudaron en mi crianza, por eso hoy yo también los ayudo a ellos, Mi hermano mayor murió el año último, él me llevaba trece años; los otros son once y diez años más grandes que yo. No quiero que las mujeres piensen: “Ella lo hace todo”, porque no lo hago sola, tengo mucha ayuda de mi familia y también de Ryan (Gosling). Somos una familia en la que nos movemos como manada y, si bien es cierto que no recurro a una nanny, muchas mujeres maravillos­as me ayudan en la crianza de las niñas. –¿Quién es tu gran influencia como actriz? –¡Creo que Sophia Loren. Yo no me crié viendo películas internacio­nales, pero cuando tenía 15 o 16 años, dije qué es eso, quién es Fellini, y entonces encontré este tipo de películas que me mataron y descubrí que iba por ahí lo que quería hacer. También Monica Vitti y María Félix fueron muy importante­s para mí. –Existe la tendencia de que las reinas y las primeras damas usen marcas masivas como H&M y ya no tienen problemas en repetir looks. ¿Creés que estamos en una época en la que la moda es más democrátic­a y ya no tan elitista? –¡Sí! Esto es un trapo que me costó como dos dólares (señala el pañuelo que lleva en la cabeza). Me encanta, pero este otro no me costó dos dolores (se ríe y señala su vestido Dolce & Gabbana). Hay que mezclar. Mi línea de ropa es accesible, porque busco justamente eso, creo que está buenísimo. Para mí no sirve ponerte una prenda solo una vez y listo, es una locura eso. Aunque mi mami me dice: “Niña, te veo en una foto en un supermerca­do con los mismos zapatos que tienes desde hace tres años”. Y yo le digo que sí, que no importa y es que eso no tiene que importar. –Los parámetros de belleza están cambiando. Las mujeres son más reales, con menos cirugías. ¿Pensás que es un cambio definitivo o que es también una moda? –¿Tú crees? Ojalá. A mí no me importa lo que una mujer o un hombre hacen con su cara o con su cuerpo, eso no es mi asunto. Pero lo que sí me gusta es que cuando veo una foto en un catálogo, una revista o en Instagram sea una foto natural. Que puedas ver la piel de alguien, que le veas las venas. Creo que eso es muy sexy y muestra que la persona tiene vida, que no es un maniquí o una muñeca, sino una persona real. De verdad, ojalá que la moda realmente se torne cada vez más natural, que las campañas publicitar­ias comiencen a ser más naturales sin tanto retoque.

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