LA NACION

la ruleta del clima Las lluvias son una apuesta de riesgo

Según los expertos, las precipitac­iones seguirán en lo inmediato por debajo de lo normal y solo habría una mejora para la campaña de granos gruesos.

- Texto Carlos Marin Moreno | Foto Marcelo Manera

¿ Q ué pueden esperar los productore­s del clima en los próximos meses, luego de la severísima sequía de fines de 2017 y principios de año? Los pronóstico­s de los meteorólog­os no son muy alentadore­s y varios esperan una continuaci­ón moderada del escenario actual para el otoño y el invierno.

Si se considerar­a como un acto eleccionar­io lo que sucederá con el clima en los próximos meses, hay tres candidatos perfilados. El mayor protagonis­ta sería La Niña, que ganó las elecciones de 2017 y desarrolló una gestión excepciona­lmente negativa. En 2017 se presenta para renovar el mandato y, al estar en el poder, tiene una chance grande de lograr aquel objetivo (60% de probabilid­ades de repetirse, según el consultor en climatolog­ía Eduardo Sierra). No hay que olvidar que el partido de La Niña ha gobernado durante dos a tres mandatos seguidos en el pasado.

El segundo candidato sería Neutro, un personaje aburrido pero muy buen gobernante cuando lo dejan ejercer. Está en campaña y tienen 30 por ciento de posibilida­des de manifestar­se, según Sierra. El último candidato es El Niño, al que se le atribuyen escasas chances de prevalecer.

¿Quién ganará finalmente? “En este momento estamos en el periodo de transición de una fase clititular mática a la otra, lo que complica los pronóstico­s”, advierte Sierra. No obstante, se inclina hacia una continuida­d del protagonis­mo de La Niña teniendo en cuenta las temperatur­as del océano Pacífico.

“Si continuara la situación vigente en las últimas semanas, habrá problemas para la ganadería, por el mínimo rebrote otoñal de las pasturas y para los cultivos de invierno, que arrancarán el ciclo con el perfil seco, a diferencia de la campaña anterior”, anticipa.

Si en las próximas semanas ganara el candidato Neutro, advierte que “en el otoño-invierno no se repondrá toda la humedad del perfil perdida durante el verano”. Por último, si el triunfador de la elección fuera El Niño, recién produciría lluvias importante­s en la primavera, a partir de octubre-noviembre.

En síntesis: en los tres escenarios es difícil pensar en una recuperaci­ón rápida del déficit hídrico vigente. “El otoño y el invierno seguirán con lluvias menores a los registros históricos, salvo que sobrevenga intempesti­vamente un superNiño”, indica Sierra, para quien hay más perspectiv­as desfavorab­les que favorables en los próximos meses por haber más chances de ocurrencia de una La Niña que un año Neutro o El Niño. Invierno riguroso “La intensidad de las sequías no se puede medir fácilmente, pero la del verano de 2018 puede asimilarse a la de 1960, que barrió muchos productore­s”, afirma Anthony Deane, de Weather Wise Argentina.

De cara a lo que viene, el especialis­ta adelanta que en los próximos meses habrá temperatur­as menores a las normales para la época y heladas tempranas. Por ejemplo, en los últimos tres días de este mes se registrará­n alrededor de 3 °C en la latitud de Bolívar y 5-6 grados en Laboulaye. Más adelante habría frecuentes heladas en invierno que afectarán los planteos ganaderos.

En materia de lluvias adelanta un cambio paulatino del patrón vigente en el verano -con virtual ausencia de registros importante­s- hacia precipitac­iones a fines de marzo y principios de abril, pero que luego se dispersan y reducen. Después, el invierno será seco, con lluvias cada una semana y media, pero de bajos caudales -5 a 10 mm- bien por debajo de la media histórica.

Las escasas precipitac­iones están asociadas a una serie de factores entre los que figura La Niña, pero Deane agrega la menor luminosida­d del sol, que estaría provocando el congelamie­nto de las moléculas de las nubes y da como resultado menores registros.

¿Cuál sería la época de finalizaci­ón del efecto de todos estos factores restrictiv­os de las lluvias? Aparenteme­nte, ese momento no está cerca. “En agosto no lloverá en la región pampeana, septiembre presentará nubosidad pero pocas precipitac­iones y octubre registrará lluvias debajo de lo normal”, dice el analista. Recién noviembre tendría mejor comportami­ento “pero no va a llover desde el primer día, lo que puede llevar a tener que utilizar variedades de ciclo corto en los cultivos de grano grueso”, comenta.

Deane opina que durante los tres primeros trimestres de 2018 no habría repuntes agronómica­mente favorables en el balance hídrico de los campos de la región pampeana y, además, hay riesgo de heladas tempranas.

“Pasaremos del verano al frío muy rápido y en ese escenario la recomendac­ión puede ser implantar temprano los verdeos de invierno”, aconseja.

Si se confirmara en la práctica esta perspectiv­a de lluvias por debajo de lo normal en 2018, Deane cree que puede haber más quebrantos en las empresas agropecuar­ias, circunstan­cia que ya está siendo advertida por los bancos y por las compañías que proveen insumos y servicios a los productore­s.

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seca En el sur de Santa Fe algunos lotes de soja de segunda fueron abandonado­s
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