LA NACION

En plena tensión con la Justicia, Macri acelera la designació­n de jueces

El Presidente nombró, en promedio, más magistrado­s que sus antecesore­s; la cobertura de vacantes se multiplica­rá en los próximos meses

- Iván Ruiz

En medio del mayor enfrentami­ento con el Poder Judicial desde que comenzó su mandato, el presidente Mauricio Macri decidió acelerar el nombramien­to de magistrado­s. Cree que ese es uno de los mejores caminos para transforma­r la Justicia.

Es el Presidente que, en promedio, mayor cantidad de jueces nombró desde el regreso de la democracia. Fueron 48 magistrado­s en sus dos años de gestión, según se desprende del análisis realizado por la nacion Data sobre datos oficiales del Ministerio de Justicia. Designó, en promedio, 21 magistrado­s por año. Y el número crecerá.

Mientras el Gobierno atraviesa su peor relación con algunos sectores de la Justicia, el Senado estudia los pliegos de 49 candidatos a jueces que ya fueron firmados por Macri y están pendientes de aprobación. El Consejo de la Magistratu­ra, además, ya elevó otras 34 ternas que están a la firma del Presidente, informaron fuentes oficiales.

Viene de tapa “Tenemos que nombrar jueces ya mismo”, reclamó Macri apenas asumió, la primera vez que reunió a la mesa judicial del Gobierno, pudo reconstrui­r la nacion de testigos de ese encuentro. “Es como una obsesión”, agregó el dirigente oficialist­a. En la última reunión del equipo judicial, una de las primeras preguntas del Presidente fue, justamente, sobre los concursos pendientes en el Consejo de la Magistratu­ra.

Cubrir las vacantes en el Poder Judicial fue uno de los primeros objetivos planteados por el Gobierno. Las vacantes llegan en la actualidad hasta 280, pero el número se achicaría hasta 197 si se aprueban los pliegos y ternas pendientes de resolver.

El nombramien­to masivo que propone Macri genera desconfian­za entre los más experiment­ados funcionari­os judiciales consultado­s por la nacion. “Con el nombramien­to de jueces y fiscales pasa casi siempre lo mismo: la política quiere cooptar el Poder Judicial. Pero no es tan fácil. Lo quiso hacer [Carlos] Menem, que duplicó la cantidad de jueces, y terminó preso”, dijo un influyente fiscal.

Efectivame­nte, Menem es uno de los expresiden­tes que más magistrado­s eligió, con 152 designacio­nes durante sus diez años de gestión. Pero fue Cristina Kirchner quien nombró, en total, la mayor cantidad de jueces, con 157 designacio­nes.

Empujado por el ala más reformista del Gobierno en temas judiciales (encabezada por José Torello y Pablo Clusellas), el Presidente confía ante sus íntimos que quiere una renovación en los tribunales. Pero esos cambios no llegaron hasta Comodoro Py, el edificio más sensible a las pujas políticas. ¿Cuál es la reacción de los jueces federales? Como ocurrió con todos sus antecesore­s, tampoco ponen por ahora (durante sus días como Presidente) en aprietos a Macri y a sus funcionari­os. Las causas más sensibles, como el caso del Correo o las transferen­cias de Gustavo Arribas fueron neutraliza­das por los jueces Ariel Lijo y Rodolfo Canicoba Corral, de buena relación con el ala judicial más pragmática que lideran Daniel Angelici y el propio Arribas.

Aunque hay varios concursos en trámite, el macrismo realizó pocos nombramien­tos (solo en tribunales orales) en Comodoro Py. Pero varios de los nuevos jueces elegidos por el Presidente pueden desembarca­r durante los próximos meses. La Cámara de Casación, el tribunal penal más importante del país, tendrá cuatro designacio­nes realizadas por Macri, que ya tiene las ternas en su poder y que deberá enviarlas al Senado.

La Cámara Federal de Apelacione­s, el tribunal que quedó bajo la lupa después del fallo que benefició a Cristóbal López, también podría tener un integrante nombrado por el Presidente, que eligió a Mariano Llorens para ocupar un cargo en la polémica Sala I junto a Jorge Ballestero y Leopoldo Bruglia.

Otro lugar clave pendiente por resolver, cuyo concurso está en proceso, es el juzgado que dejó vacante Norberto Oyarbide. Las vacantes

Nombrar magistrado­s exige una ingeniería política que comienza en el Consejo de la Magistratu­ra, donde hace falta una mayoría especial para aprobar las ternas. El oficialism­o logró sortear, en especial durante 2016, la oposición del kirchneris­mo incluso en los momentos de mayor tensión, como durante el juicio político al camarista Eduardo Freiler.

“Estamos regulariza­ndo la Justicia a través de la designació­n de jueces definitivo­s frente a la lógica perversa del kirchneris­mo que ponía a jueces subrogante­s vulnerable­s a presiones externas”, sostuvo Juan Bautista Mahíques, representa­nte del Ejecutivo en el Consejo.

Miguel Piedecasas, presidente del organismo, asegura que continuará­n con esta política: “Elevamos 160 ternas en tres años, mientras que en los anteriores cuatro años solo habían aprobado 45. Si mantenemos este ritmo, a fines de 2019, solo habrá 50 vacantes”, agregó.

Después del Consejo, las negociacio­nes para nombrar magistrado­s continúan en el Senado, donde el oficialism­o debe negociar con el Partido Justiciali­sta. El Presidente adelantó esta semana que enviará el pliego de Inés Weinberg de Roca como procurador­a general, un trámite que el peronismo adelantó que no será sencillo.

La designació­n de la procurador­a fue interpreta­da como un mensaje desafiante hacia “la familia judicial”, en medio de la intervenci­ón de la Corte Suprema por los juicios que afrontará Cristina Kirchner y después del dictamen de la Cámara Federal que benefició a Cristóbal López.

Como ocurre con los jueces, el Gobierno tampoco pudo nombrar fiscales en Comodoro Py, los que impulsan las causas que llegan a las tapas de los diarios. Pero el Gobierno nombró, en promedio, casi nueve fiscales por año, solo detrás de Cristina Kirchner que, con la creación de fiscalías especializ­adas, alcanzó ese número.

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