LA NACION

La oficina de escuchas telefónica­s, poblada de hijos de jueces y fiscales

Fueron nombrados en 2016 e ingresaron sin concurso; el área depende de la Corte

- Maia Jastreblan­sky Con la colaboraci­ón de María Belén Álvarez Echazú

La “familia judicial” hizo un aterrizaje triunfal en la oficina de escuchas telefónica­s. Muchos hijos de jueces, camaristas y fiscales de peso en los tribunales fueron nombrados en la dependenci­a encargada de intercepta­r llamadas de narcotrafi­cantes, secuestrad­ores y políticos.

La nómina de personal de la Corte Suprema –publicada en su portal de datos– incluye a muchos apellidos notables del Poder Judicial. En particular, según analizó la nacion Data, la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco), antes conocida como “Ojota”, tiene como empleados a jóvenes hijos de magistrado­s que tienen en sus manos casos de corrupción.

El camarista federal Eduardo Farah, el juez Rodolfo Canicoba Corral, el fiscal Carlos Stornelli y su par Eduardo Taiano tienen hijos designados en la oficina de escuchas, el tramo más sensible de los procesos penales. También figura el hijo del juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky y el del camarista nacional Luis María Bunge Campos.

la nacion se comunicó con todos los magistrado­s y fiscal es, que reconocier­onque recomendar­on a sus hijos.

La ex-Ojota, cuyo titular es Juan Tomás Rodríguez Ponte, quedó bajo la lupa tras la filtración de los audios de Cristina Kirchner, un caso que logró una inédita confluenci­a en los bloques legislativ­os para exigirle una explicació­n a la Corte.

El máximo tribunal, sin embargo, ya le había pedido al Congreso que audite esa dependenci­a, que ya había elevado un informe con el detalle de la cadena de custodia que se aplicó sobre ese material grabado.

En la planta laboral de la oficina de escuchas también figura Gonzalo Diego Garcilazo Menéndez, hijo de Pablo Garcilazo, exasesor del representa­nte del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratu­ra, Juan Bautista Mahiques. Sergio Cavallo, hermano del influyente exjuez Gabriel Cavallo, se desempeña como subsecreta­rio administra­tivo.

Desde la ex -Ojota señalaron que cuando la Corte heredó la oficina “había cien trabajador­es de la Agencia Federal de inteligenc­ia (AFi) y otros cien de la Procuració­n General de la nación” de la gestión de Alejandra Gils Carbó, las dos dependenci­as que tuvieron control sobre las escuchas en el pasado reciente.

“Los empleados debían volver a su dependenci­a de origen. En cinco meses debimos renovar toda la planta y buscamos recomendac­iones en el Poder Judicial. Son jóvenes ávidos de trabajar con nuevas tecnología­s y son de confianza”, agregaron.

El cuarto y quinto piso del edificio de escuchas, situado en el corazón de Villa Ortúzar, está repleto de sub-30. Los cargos no se cubrieron por concursos, sino que se hicieron entrevista­s a los interesado­s.

Santiago Farah, hijo del juez de la Sala ii de la Cámara Federal, trabaja en una de las áreas más cruciales de la Dajudeco. Tiene 21 años y, según señaló el camarista, combina ese trabajo con sus estudios de derecho.

Acostumbra­da a trabajar en lo público, Malena Canicoba, hija del juez federal, es jefa de despacho en la ex-Ojota. Antes tuvo un puesto en Aguas Bonaerense­s, bajo el mando del exfunciona­rio sciolista Guillermo Scarcella, un viejo conocido del juez de Comodoro Py.

Mateo Stornelli, hijo del fiscal federal, estudia ingeniería en informátic­a. Con 21 años, este es su primer trabajo. “Supe que estaban buscando personal y lo recomendé”, dijo el fiscal a la nacion. El hijo de su vecino en los tribunales, Santiago Taiano, se desempeña en la ex-Ojota en el área jurídico-administra­tiva.

En sistemas y datos, un área clave del edificio, trabajan Luis María iván Bunge Campos y nicolás Aguinsky. El primero es ingeniero en informátic­a y el segundo, un abogado que se desempeñó en empresas de software y actualment­e realiza un posgrado en cibercrime­n.

Según la escala salarial de la Corte Suprema, los sueldos básicos de este grupo se ubican entre los $28.000 y los $82.000.

Con $55.640, Garcilazo Menéndez es quien tiene sueldo más alto, ya que ocupa el cargo de prosecreta­rio administra­tivo. Aguinsky, Farah y Canicoba, como jefes de despacho, perciben unos $47.828, mientras que Stornelli, como escribient­e, tiene un básico de $31.702. Taiano y Bunge Campos cobran unos $28.015, según la informació­n oficial.

Para evaluar los sueldos de los judiciales se deben sumar las mejoras por antigüedad (2% por año) y por título universita­rio (25%). Además, solo tributan ganancias quienes ingresaron después de 2017. La mayoría de estos jóvenes sorteó ese tributo: ingresó en la oficina de escuchas en los primeros meses de 2016.

 ??  ?? r. canicoba corral juez federal
r. canicoba corral juez federal
 ??  ?? carlos stornelli fiscal federal
carlos stornelli fiscal federal
 ??  ?? eduardo farah camarista federal
eduardo farah camarista federal

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina