LA NACION

España dará la medida de lo que está y lo que falta

- Diego Latorre

otro paso, otro momento, otro escenario. La selección argentina avanzó en ese proceso tan difícil que es la construcci­ón de una identidad y lo hizo marcando varios puntos a favor. También, por supuesto, dejando ver unas cuantas carencias: siempre faltan cosas en un equipo.

La sensación es que dentro de la búsqueda e incluso sin la presencia de Messi las piezas empiezan a acomodarse de una manera más coherente con el relato del técnico. Y con un ítem a destacar: el sentido de equipo no se perdió pese a que algunos estuvieran jugándose su presencia en el Mundial.

Aclarado este aspecto propongo ir analizando algunas cuestiones interesant­es que dejó el partido contra Italia como para tenerlas en cuenta cuando el martes nos sentemos a ver el encuentro frente a España, sin duda el encuentro que nos dirá exactament­e dónde estamos. Empecemos por lo grupal.

La idea. Está, se vislumbra en la sucesión de pases en campo propio para ir desacomoda­ndo al rival, en el progreso en bloque para abrir espacios, en la presión alta para recuperar la pelota lo más rápido y arriba posible. Pueden cometerse equivocaci­ones al pasar, pero la esencia de lo que pretende el entrenador Sampaoli se hizo bien visible.

Los volantes. La importanci­a de subir en conjunto y no jugar al contraataq­ue es que en lugar de exponer a los mediocampi­stas a un ida y vuelta permanente se los tiene siempre cerca de la pelota. De ese modo pueden aportar en el achique y en la recuperaci­ón, pero sobre todo pueden acompañar para ser un factor sorpresa en la llegada. Se vio poco en el primer tiempo, fue más evidente tras el ingreso de Banega, pero queda claro que con este funcionami­ento será más sencillo lograrlo una vez que se sume Messi.

Los laterales. El partido de Bustos y Tagliafico como mínimo desafía aquella afirmación de Sampaoli de que no había en el fútbol argentino jugadores para cumplir esa función con garantías.

Sí que los hay. Después, de acuerdo a quién elijas –no es lo mismo Bustos que Mercado, por ejemplo– se establecer­á la pauta de lo que se quiere en cada partido.

El achique de espacios. No tuvo la Argentina la capacidad de hacerlo una vez que Italia conseguía superar la presión alta y obligaba al equipo a retroceder. Se trata de una acción muy sofisticad­a que necesita mucho ensayo. Me parece que el momento de pulir estos detalles, que son grosos, importante­s, recién llegará una vez que la lista quede definida.

Pasemos ahora a analizar algunas

cuestiones más individual­es.

Paredes/Banega. Paredes Jugó un partido regular, no estuvo a la altura, pero es normal. Cuando estás rindiendo el examen final hay un grado de tensión que no se tienen en otros momentos, y en esa circunstan­cia una falla puede hacer que pierdas el control. La realidad es que la entrada de Banega enriqueció al equipo gracias a su capacidad para asociarse y unir piezas a partir de la pelota.

Lanzini/Dybala. El jugador del West Ham tiene gambeta, llegada, buen remate, es resolutivo y oportuno para detectar por dónde debe ir buscando para que la jugada de gol lo encuentre. Además, está curtido por haber sabido adaptarse a un fútbol difícil en un equipo que no es protagonis­ta. Ahora bien, ¿su buena actuación descarta a Dybala? Me pongo en la visión del entrenador y le escapo a pensar que un jugador quede marginado por un par de partidos. El descarte debería ser una cosa más compleja. Quitarse de encima a uno porque otro anduvo bien en un partido me parecería muy simplista, muy reduccioni­sta. Me llamaría la atención que el hombre de la Juventus –hábil, imaginativ­o, con algunos puntos de contacto con Messi– desaparezc­a de la lista porque creo que podría acompañar o eventualme­nte jugar por el N° 10. Pero ahí talla la potestad de elegir que tiene el entrenador.

Pavón/Meza. Argentina careció de desborde por la derecha y es otro aspecto que deberá afinar Sampaoli. Se sabe lo que puede aportar Pavón, nos quedó por ver cuánto puede sumar el hombre de Independie­nte, que en un equipo ensamblado como el de Holan se asocia muy bien con el lateral y el volante de ese lado para establecer superiorid­ad numérica en la zona.

Pasó una prueba. El martes contra España será diferente, con otras exigencias ante un rival que justamente tiene su mayor fortaleza en la mitad de la cancha, en ese nudo donde se define la identidad de un equipo y donde a la Argentina le quedan varios exámenes por rendir.

Me llamaría la atención que Dybala desapareci­era de la lista porque podría acompañar a Messi

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