Astoria, Queens: mi gran barrio griego
El centro de Astoria es una placita llamada Atenas. Está poblada por estatuas de Sócrates, Sófocles y Aristóteles y rodeada por banderas y carteles celestes y blancos. Todo confirma lo que se suele decir de este barrio en el borough de Queens: que acá habita la comunidad griega más numerosa fuera de la capital de Grecia.
Tradicionalmente, eso ha sido así al menos por cinco décadas. Pero en los últimos tiempos Astoria se convirtió en un barrio con muchas más comunidades de inmigrantes, probablemente el lugar de mayor diversidad étnica en Nueva York, lo que no es poco.
A pasos de las estatuas de los filósofos griegos proliferan restaurantes y tiendas especializadas en productos árabes, latinos, gallegos, búlgaros, indios, italianos y africanos con precios más amigables que la competencia a sólo un par de estaciones de metro, al otro lado del East River, en Manhattan.
Dicen que Astoria podría ser el próximo Brooklyn en cuanto la invasión hipster se consume. Tiene onda, es tranquilo, todavía es barato y ofrece un acceso rápido y fácil a Manhattan. Sin embaro, el ambiente en calles como Ditmars o la avenida 30 sigue siendo absolutamente barrial con sus pequeños comercios, casas bajas y vecinos no muy enterados de que viven a quince minutos de una de las esquinas más ruidosas y con la publicidad vía pública más cara del planeta.
La comunidad griega comenzó a colonizar esta zona de Queens después de la Segunda Guerra Mundial hasta conformar una especie de Pequeña Grecia, hoy tanto más diversa. Aunque restaurantes como Kyclades Taverna siguen siendo lo más destacado en el menú y atraen no pocos comensales de extrarradio en busca de musaka, souvlaki y otros clásicos. Pequeños supermercados atendidos por sus propios dueños, robustos y con pesado acento de Queens, disponen de una variedad insólita de quesos feta, latas de aceite casi coleccionables, aceitunas y otros productos mediterráneos, que habría que ver si se encuentran tan fácil en Atenas.
En un tour un poco aleatorio por el barrio, la esquina del Omonia Café es un buena parada gastronómica (ensalada griega compartible, 10 dólares), donde suelen encontrarse paisanos del barrio. Astoria es además un lugar ideal para buscar pastizzi, especialidad pastelera maltesa que funciona muy bien con el café helado también popular en el barrio.
Otro destacado de Astoria no tiene que ver con Grecia ni con la cocina. Se trata de la planta de Steinway, la prestigiosa fabricante de pianos fundada en 1853. De Septiembre a junio se ofrecen visitas guiadas, sólo los martes por la mañana y para grupos de hasta 16 personas (mayores de 16 años). Para admirar el proceso de construcción desde la madera en bruto hasta el último y delicado detalle, los cupos suelen agotarse con semanas de anticipación, así que conviene asegurarse la entrada (de diez dólares) incluso antes de viajar a través de la web oficial.