LA NACION

A favor o en contra, la experienci­a marcó la posición de cada uno

visiones. Más allá de las coincidenc­ias o disidencia­s, en la mesa hubo acuerdo en algo: la práctica profesiona­l reafirmó las propias certidumbr­es

-

Alo largo del diálogo fue quedando en evidencia la firme convicción con la que cada uno de los especialis­tas sostiene sus argumentos. Por eso, hacia el final de la charla llegó el turno de preguntas de índole más personal, a fin de conocer cómo cada cual había ido construyen­do esas certezas.

LN: Cada uno de ustedes tiene una larga trayectori­a profesiona­l. ¿Siempre sostuviero­n la posición que hoy tienen sobre el aborto o fue variando? ¿Les generó algún tipo de problemas?

Alberto Kornblihtt: En mi caso no varió. Cuando yo era chico y veía a una mujer embarazada, por mi ética familiar, por un montón de razones, me daba cuenta de que lo que estaba dentro de ese vientre no era todavía un bebé, sino que era un embrión en gestación, un feto. Y por lo tanto yo, de chico, y quizá me puedan ver horrorosam­ente por esto, ya pensaba que no era tan terrible interrumpi­r el embarazo si lo comparaba con matar a una persona. Después, cuando estudié Biología, el conocimien­to reafirmó una percepción que, no voy a desconocer, tiene que ver con mi educación, con el ateísmo, con una valoración de la vida. Estoy en contra de la pena de muerte, estoy en contra de las guerras, no quiero matar a nadie, pero estoy convencido de que la interrupci­ón del embarazo no es un crimen. Sostener esto no me generó ningún problema porque creo que los que me conocen saben lo que pienso, saben que soy una persona que tiene un compromiso con los derechos humanos, que no reniego de mi pasado de izquierda, que no me reciclé. En fin, la gente sabe.

Graciela Moya: A medida que fui aumentando mi conocimien­to científico y mi experienci­a de vida como profesiona­l y como persona, se me acrecentó mas la visión de la protección de la vida humana. No me parece que nosotros, como seres racionales, podamos decidir quién vive y quién no. Y sin duda es muchísimo lo que uno puede hacer para ayudar a las personas y mejorar sus circunstan­cias para que no tengan que llegar al drama del aborto: que una mujer pueda elegir quedar embarazada o no, darle las herramient­as para que pueda elegirlo, pueda elegir criarlo o no criarlo y darle siempre la alternativ­a de la adopción. De hecho, yo tengo amigas íntimas que fueron dadas en adopción, tengo primos que fueron dados en adopción, que tienen hijos y quizá ninguno de ellos existiría si hubiese habido ley de aborto. En esta postura tuve una recepción enorme de gente que piensa igual o distinto que yo.

Mariana Romero: Quizá yo tengo una trayectori­a similar, pero con una postura distinta. En el tiempo que hice práctica clínica me encontré desafortun­adamente con varias mujeres que se murieron después a causa de un aborto inseguro. Y eso reforzó todavía más mi decisión personal y profesiona­l de que yo iba a trabajar en esto. Con el tiempo pude ir acompañánd­ome con otros profesiona­les y fuimos construyen­do un corpus de evidencia que nos permitió seguir sosteniend­o esto. Hoy celebro esta discusión que tuvimos porque es mucho más seria y mucho más respetuosa de lo que solía ser. Yo puedo pensar en episodios en donde me sentí mal. A veces había poca gente dispuesta a escuchar, entonces inmediatam­ente la reacción era de condena. Estar en un auditorio donde alguien se levanta y me grita “asesina”... La verdad es que eso es no conocerme nada. Por suerte me pasó pocas veces, pero me pasó. También este camino me gratificó muchísimo. Por eso el balance es positivo. Aun con todas esas situacione­s que ocurrieron, inclusive con colegas, nada se compara con la situación actual, en donde por fin nos abrimos a un debate.

Yo siempre estuve en contra del aborto. Y después de todos los artículos que he leído, de las charlas que he tenido con personas de pensamient­os distintos en los últimos días, estoy más en contra que antes. Ahora están en boga en Internet los artículos que revelan nombres de famosos que corrieron riesgo de ser abortados, empezando por el papa Juan Pablo II, por Steve Jobs, Cristiano Ronaldo, Andrea Bocelli o Celine Dion. ¿Qué sabemos lo que puede ser ese hijo? Después te dicen: “¿Para qué vamos a hacer nacer a estos chicos que van a ser siempre pobres y están condenados al fracaso?”. Pero ¿qué sabemos? Yo creo que la mujer tiene la libertad de ejercer o no la maternidad, pero es allí cuando la adopción es una alternativ­a que hay que rescatar como acto de entrega, de amor. ¿Si tuve conflictos por esta posición? Bueno, aparecí hace dos semanas en y me dieron con un caño [risas], pero no importa. No quiero imponer mis ideas a nadie.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina