Luis Ribeiro.
El impulsor de la cadena de tiendas
A los 105 años, falleció Luis Ribeiro, el impulsor del crecimiento de la cadena de electrodomésticos que lleva su apellido y uno de los comerciantes más prestigiosos de la provincia de San Luis.
Había nacido en la ciudad de Villa Mercedes, el 16 de febrero de 1913. Después de perder a una hermana y a su madre a los 6 años, vivió un tiempo en Uruguay junto a sus tías y su hermana Lila. Dos años después, su padre lo buscó en Montevideo y desde entonces se instaló en San Luis. Fue entonces cuando se enteró de que tenía una nueva familia.
Luego de la muerte de su padre, Manuel, Luis, a los 27 años, se hizo cargo del negocio familiar, que había comenzado en 1910 como una joyería en Villa Mercedes.
Luis Ribeiro fue el que cambió el rumbo de la empresa familiar y consolidó las bases de la cadena actual. Lo que empezó con un modesto local lentamente se fue expandiendo hasta convertirse en una de las empresas más grandes de la provincia.
Cambiaron los gobiernos, las ideas, la economía tuvo sus vaivenes, pero nunca se rindió. Pasaron las dos guerras, el peronismo, la dictadura, la hiperinflación, el 2001 y la compañía siguió creciendo. Si bien no pudo terminar el primario e hizo hasta tercer grado –porque en ese entonces tenía que acompañar a su madrastra, Cristina, mientras su padre no estaba en casa–, don Luis encontró en los libros su escuela.
Con pensamientos comunistas en los 60, el Chino (su apodo) no era un gran referente para su ciudad, incluso sus hijos tuvieron que afrontar las miradas extrañas de sus vecinos por sus ideas. Más tarde cambiaría de opinión y tendría una visión liberal, que sería la definitiva. Siempre fue un adelantado y no tuvo miedo de cambiar de postura. Era una especie de mentor invisible.
En Villa Mercedes, muchos recibieron su ayuda para estudiar, para comprar electrodomésticos, para resolver problemas personales. Esa fue una de las claves para entender la expansión de su compañía, que basó su crecimiento en darle microcréditos a cualquier comprador, sin importar que tuviera aval bancario. Era generoso con el resto y austero con él mismo. Si bien logró montar un gran imperio –en la actualidad Ribeiro cuenta con más de 90 sucursales a nivel nacional–, nunca conoció el lujo.
Con su mujer, Yolanda Elvira Arimondi, tuvo cuatro hijos: Manuel, María, Cristina y Luis. Sus dos hijos varones son los que más tarde se hicieron cargo del manejo de la empresa familiar. Además, tenía quince nietos y dieciséis bisnietos.