Por género. Es conductora de colectivos y no consigue trabajo No bajar los brazos
La Justicia le ordenó a la empresa de transporte diseñar protocolos de buenas prácticas en la selección de su personal
“No, acá mujeres no tomamos”, fue la respuesta sistemática con la que se encontraba Érica cada vez que se presentaba en busca de trabajo. Había sido chofer de colectivos urbanos en el Grupo Plaza desde 1999 hasta 2010, cuando, sin causa, la despidieron. En ese momento, tenía cuatro hijos menores y era el sostén de la familia. “Recorrí durante meses distintas empresas de transporte para poder volver a manejar, pero nadie me quería tomar”, sostiene.
Iba a todas las búsquedas de choferes para líneas urbanas que salían publicadas y, a pesar de que cumplía con los requisitos solicitados, cuando llegaba al lugar, la miraban sorprendidos y el rechazo era inmediato. En muchos lugares le manifestaban la razón explícitamente y en otros trataban de disimular la discriminación y le argumentaban que la infraestructura no era apta para recibir a una mujer, que no tenían baños ni espacios independientes.
El tiempo pasaba y Érica seguía sin empleo. Por eso, decidió empezar a estudiar enfermería. “Nada que ver con lo que sabía hacer. Pero necesitaba trabajar. Me anoté en la facultad, estudié enfermería y hoy trabajo de eso”, cuenta.
Sin embargo, sentía que eso no podía quedar ahí. Se había sentifaltás do muy discriminada y decidió no quedarse de brazos cruzados. En 2012, se acercó a la Defensoría General de la Nación, donde decidieron ayudarla. “Mi objetivo era lograr un cambio de mentalidad, porque lo que me había pasado a mí seguramente les estaba pasando a otras mujeres”, explica.
En 2014, se presentó un recurso de amparo contra algunas de las empresas, intimándolas a que adoptaran una nueva política de selección y contratación de personal no discriminatoria y que se fijara un cupo que equiparara la situación de las mujeres.
Más tarde, se sumaron otras compañeras que estaban pasando por la misma situación. Entonces, el reclamo individual pasó a ser una acción colectiva para cuestionar la discriminación estructural en el acceso al empleo por motivos de género.
Como resultado, el pasado 28 de febrero llegó la resolución del juez Raúl Horacio Ojeda, del Juzgado Nacional del Trabajo Nº 50, que ordenó a las empresas de transporte urbano del área metropolitana diseñar un protocolo de selección de personal que contemplara la cuestión de género.
Después de este fallo, Érica mantiene viva la esperanza: “A mí siempre me gustó manejar. Espero que con estas acciones la situación se revierta y tanto yo como otras mujeres podamos volver a manejar colectivos”.