TORTURADAS EN PLENA ESCLAVITUD
Dos hermanos y su madre mantuvieron privadas de su libertad a dos víctimas, de 18 y 23 años, con las que uno de los hombres había tenido anteriormente relaciones sentimentales
El horror se descubrió porque Aldana, después de cuatro meses, logró escaparse del infierno. casi sin fuerzas y antes de ser internada, relató el calvario que vivió en la casa de Bahía Blanca donde estuvo cautiva. Ella y otra joven de 23 años fueron privadas de la libertad, presuntamente abusadas sexualmente, sufrieron heridas cortantes, fueron mordidas por perros y lesionadas con la punta de un destornillador. Las víctimas habían sido esclavizadas por dos hermanos, uno de los cuales había mantenido anteriormente relaciones sentimentales con esas mujeres. La policía estima que al menos otras tres jóvenes habrían sido abusadas algunos años antes en la misma vivienda.
Tras la fuga de Aldana fueron detenidos Fernando y Gonzalo Benítez, de 26 y 24 años, respectivamente, y su madre, María Esther Llanos, de 65, según informaron a la nacion fuentes judiciales y policiales.
Los tres sospechosos serán indagados hoy por el fiscal Marcelo Romero Jardín, a cargo de la investigación. En principio, los hermanos Benítez deberán responder por los delitos de lesiones graves, reducción a la servidumbre, tentativa de homicidio y, si los peritajes lo confirman, abuso sexual.
“Ambas jóvenes tienen signos de haber sido abusadas y presentan en sus cuerpos todo tipo de lesiones, incluso mordeduras humanas y de perros en miembros superiores e inferiores”, afirmó un investigador del caso. El fiscal Romero Jardín tiene la colaboración de detectives de la Delegación Departamental de investigaciones (DDi) de Bahía Blanca, dependencia conducida por la comisario inspectora Liliana Pineda.
Aldana, la víctima que logró escapar, tiene 18 años. Su compañera de cautiverio, Andrea, 23. Estuvieron privadas de su libertad en una habitación.
Según explicaron fuentes judiciales a la nacion, durante gran parte de los cuatro meses que estuvo cautiva, Aldana se comunicó por medio de WhatsApp con su madre. Pero como en las últimas horas la comunicación se había interrumpido, su madre se presentó en una comisaría e hizo una denuncia por averiguación de paradero. Según explicó el fiscal Romero Jardín a la nacion, Aldana había conocido a Fernando Benítez por la red social Facebook y había comenzado una relación sentimental.
Una calificada fuente de la policía bonaerense sostuvo que Andrea, la segunda víctima, habría tenido una relación durante un año y medio con el mayor de los Benítez. Ese vínculo terminó tras una pelea. “Pe- ro en enero pasado el acusado fue hasta la casa de la joven, en Punta Lara, y se la llevó para Bahía Blanca. Durante dos meses convivió con las dos víctimas”, sostuvo el informante.
El horror vivido en esa casa situada en Güemes al 3700 quedó expuesto con la fuga de Aldana. “Logró llegar a su casa. Estaba en grave estado. Las lesiones y las heridas eran visibles. Primero no quería contar nada para cubrir a su novio. Pero finalmente, antes de perder el conocimiento, relató dónde había estado cautiva y dio los datos del joven que la había sometido”, sostuvieron fuentes judiciales.
Entonces, el fiscal Romero Jardín dispuso una consigna policial en la vivienda de la familia Benítez hasta conseguir la orden de allanamiento. “En el momento en que estaba la consigna en la puerta de la casa, la madre de los hermanos Benítez llamó al número de emergencias 911 para ‘denunciar’ que en el patio de su casa había una joven mordida por los perros”, agregaron las fuentes.
Allanamiento de urgencia
Se dispuso entonces un allanamiento de urgencia, el personal de la policía bonaerense ingresó en la vivienda y encontró a Andrea en el patio, con escasa ropa y en muy malas condiciones. “Andrea solo repetía que la había mordido un perro”, informó una calificada fuente de la policía bonaerense.
En una habitación, los detectives policiales y judiciales encontraron evidencias que comprometerían a los sospechosos: había colchones manchados de sangre, candados que hacen presumir que tenían encerradas a sus víctimas y sogas que supuestamente fueron utilizadas para atar a las mujeres que fueron esclavizadas por los hermanos Benítez. En el patio, los policías encontraron dos perros, uno de raza dogo y otro, rotwailler, que serían los que atacaron a las jóvenes, que también sufrieron mordeduras humanas.
Aldana y Andrea quedaron internadas en terapia intensiva con lesiones en el cráneo e insuficiencia renal.