LA CIUDAD VOLVERÁ A INCINERARLA
Propuso a la Legislatura habilitar el uso de la técnica y posterga las metas de reducción de los residuos que se envían a rellenos sanitarios; rechazo de ONG ecologistas
Al finalizar el día en la ciudad habrá 6760 toneladas de basura para recolectar. Mañana ocurrirá lo mismo, el viernes también, al igual que el sábado. El envío de residuos a relleno sanitario no se detendrá hasta colapsar los predios, que se encuentran al límite de su capacidad. Para reducir el impacto, una de las alternativas será la incineración de residuos, que ya dejó de ser una posibilidad para convertirse en un propuesta concreta.
La intención quedó formalizada en un proyecto presentado anteayer por el gobierno porteño para habilitar el uso de esa técnica de tratamiento de residuos. El texto, además, establece nuevas metas de reducción progresiva de la disposición final de los desechos y modifica varios artículos de la llamada ley de basura cero, sancionada en 2005. De aprobarse, en 2028 quedará prohibido enterrar materiales reciclables y aprovechables.
La propuesta oficial abre la puerta a la instalación de plantas de termovalorización, es decir, de incineración con recuperación de energía. Para diseñar el proyecto, varios funcionarios viajaron por diferentes ciudades del mundo donde se aplica esta técnica, principalmente en Europa.
La discusión empieza en un escenario desfavorable y contra reloj, con los predios de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) al borde del colapso, sobre todo el de José León Suárez, que recibe el 87% de la basura de la región metropolitana. Allí se depositan a diario 18.500 toneladas de residuos, 3000 de las cuales viajan directamente desde la Capital. Deberá enfrentar, también, el rechazo de las organizaciones ambientalistas por la emisión de sustancias tóxicas durante el proceso.
El proyecto plantea la modificación de varios puntos sensibles de la ley 1854 (basura cero), entre ellos el artículo 6 que fija el cronograma de reducción progresiva de la disposición final de residuos. La norma vigente establece que las metas a cumplir debían ser de un 30% para 2010, de 50% para 2012 y de 75% para 2017, tomando como base los niveles enviados a la Ceamse durante 2004 (1,5 millones de toneladas). Las metas propuestas son un 50% para 2021, un 65% para 2025 y un 80% para 2030, pero sobre la base de los niveles de 2012 (2,2 millones de toneladas).
“El replanteo de basura cero es un reconocimiento al fracaso de la gestión del tratamiento de los residuos en la ciudad. La reformulación de las metas de reducción es una muestra evidente. Pero detrás de eso está la propuesta específica de introducir la valorización a través de la incineración, lo más grave de la ecuación”, opinó Andrés Nápoli, director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Más críticas
El proyecto oficial recapitula varias acciones emprendidas para reducir el envío de desechos a rellenos sanitarios. “No obstante –admite– aún es necesaria la implementación de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de la gestión de residuos, entre ellas, la valorización energética”. Como se dijo, evaluó experiencias en otros países, como Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, España, Japón, China, Estados Unidos y Canadá, según se explica en los fundamentos de la iniciativa.
Si pretende avanzar en la instalación de plantas de termovalorización –que pueden ser entre tres y siete, como adelantó hace algunos meses la nacion– se debe aprobar esta modificación de la ley 1854. Por ejemplo, la del artículo 7°. El vigente expresa: “Queda prohibida la combustión, en cualquiera de sus formas, de residuos sólidos urbanos con o sin recuperación de energía”. El nuevo establece: “Queda prohibida la combustión de residuos sólidos urbanos sin recuperación de energía”. Según fuentes oficiales, lo que se quemaría no superaría el 10% de los residuos generados.
“La incineración no es otra cosa que magia: un truco para disimular que la basura desaparece cuando, en realidad, se transforma y contamina a través de emisiones y cenizas tóxicas, cancerígenas y que generan cambio climático”, sostuvo Diego Salas, director de Green-