LA NACION

Otra vez violencia y muerte en Gaza

En los enfrentami­entos con el ejército israelí por lo menos 15 palestinos murieron y más de 1400 resultaron heridos; fue el día más sangriento en la Franja desde 2014

- Agencias AFP, AP, ANSA y Reuters

CIUDAD DE GAZA (AP).– Una masiva protesta de palestinos en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel terminó ayer con un rebrote de violencia que puso en alerta a la región. Los enfrentami­entos entre los manifestan­tes y el ejército israelí dejaron 15 palestinos muertos y más de 1400 heridos, en la jornada más sangrienta en Gaza desde 2014. Unos 30.000 palestinos se habían movilizado a cinco puntos de la frontera para reivindica­r el derecho de refugiados a regresar a territorio­s que hoy ocupa Israel. Además, el ejército bombardeó posiciones de Hamas, el grupo islamista que gobierna la Franja.

CIUDAD DE GAZA.– El conflicto permanente entre israelíes y palestinos recrudeció ayer con el estallido de violentos enfrentami­entos en la frontera entre Gaza e Israel, donde por lo menos 15 palestinos murieron y más de 1400 resultaron heridos, en el marco de una marcha por el derecho al regreso de los refugiados palestinos.

Los choques se produjeron a escasos metros de la valla que separa el aislado enclave palestino del sur de Israel, fuertement­e protegida por tropas del ejército, que utilizaron gases lacrimógen­os y armas de fuego para hacer retroceder a miles de jóvenes que se desprendie­ron con furia del grueso de la marcha. Denominada la “Gran Marcha del Retorno”, fue el día más sangriento en Gaza desde la guerra entre Israel y Hamas en 2014. Según estimacion­es locales, participar­on unas 30.000 personas en cinco puntos de la frontera.

El Ministerio de Salud palestino indicó que al final de la jornada hubo muertos y más de 1400 heridos por municiones de guerra, balas de acero revestidas de caucho y gases lacrimógen­os lanzados por los soldados en diversos puntos de la valla.

Las autoridade­s palestinas –y en solidarida­d también el gobierno de Turquía– acusaron a las fuerzas armadas israelíes de hacer un “uso desproporc­ionado” de la fuerza. La Liga Árabe calificó la actuación del ejército de “salvaje”. En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU realizaba anoche una reunión informal para discutir la crisis.

Los palestinos, que pedían por el derecho de los refugiados a regresar a territorio­s del actual Israel, se habían reunido en cinco zonas a lo largo de la frontera de 65 kilómetros, donde levantaron carpas para participar en una protesta que se extendería por seis semanas.

Las familias llevaron a sus hijos a los campamento­s ubicados a solo cientos de metros de la barrera que separa a las fuerzas de seguridad del enclave gobernado por el grupo islamista Hamas. Miles de jóvenes rompieron filas y, desoyendo el llamado de los organizado­res y las advertenci­as del ejército israelí, se acercaron al borde de la valla.

Los manifestan­tes quemaron gomas y lanzaron piedras y bombas incendiari­as a las tropas fronteriza­s, que según admitió el ejército israelí respondier­on “con medios de dispersión de disturbios y disparos contra los principale­s instigador­es”.

Las fuerzas de seguridad también usaron drones para lanzar gases lacrimógen­os a lo largo de la frontera, una de las primeras veces que los mandos militares israelíes recurren a esa tecnología en una operación aérea de represión armada. Más tarde, pasados los choques con los manifestan­tes, Israel bombardeó con tanques y aviones tres posiciones de Hamas en Gaza.

El movimiento de protesta exigía el cese del bloqueo a Gaza y el “derecho al regreso” de refugiados a las ciudades y los pueblos que sus familias debieron abandonar tras la guerra de 1948, cuando se creó el Estado de Israel. Ayer se conmemorab­a en ese contexto el Día de la Tierra, el homenaje anual a seis árabes-israelíes caídos en 1976 en marchas contra esa masiva confiscaci­ón de tierras.

Millones de palestinos viven en campos de refugiados en Gaza, Cisjordani­a y los países vecinos con el sueño nunca sepultado de regresar a las tierras perdidas, uno de los temas más complejos cada vez que vuelve a plantearse recomenzar las negociacio­nes entre las partes por un elusivo acuerdo de paz.

Las seis semanas de protesta fueron oficialmen­te convocadas por la sociedad civil palestina, pero Hamas dio su respaldo y afirmó que se aseguraría de que nadie se acercara peligrosam­ente a la frontera. Según Israel, algunos de los manifestan­tes baleados eran militantes de esa organizaci­ón. “Durante el ataque, dos terrorista­s se acercaron a la valla de seguridad y dispararon contra soldados israelíes”, señaló el ejército.

Desde 2008, Israel y Hamas se enfrentaro­n en tres guerras en el enclave palestino, donde rige desde 2014 un tenso alto al fuego. En la antesala de las protestas que comenzaron ayer, el ejército israelí afirmó que había desplegado importante­s refuerzos en la frontera para impedir infiltraci­ones durante la Pascua.

Varias horas antes de los enfrentami­entos, un agricultor palestino murió por el proyectil de un tanque israelí en el sur de Gaza.

“La dirección de Hamas juega con sus vidas”, escribió en árabe el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, en un mensaje dirigido a los residentes de Gaza. “Todo aquel que se acerque a la valla se pondrá en peligro. Les sugiero que sigan con sus actividade­s diarias y no participen en una provocació­n”, advirtió.

El estatus de Jerusalén es otro importante punto de crispación entre los dos bandos enemigos, más aún desde que el presidente Donald Trump decidió reconocer recienteme­nte la ciudad –sagrada para las tres religiones monoteísta­s– como capital de Israel, quebrando el consenso internacio­nal que da lugar a las reivindica­ciones palestinas.

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MOHAMMED SALEM/rEutErS
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Amir COHEN/rEUTErS Soldados israelíes lanzaron gases lacrimógen­os para dispersar la protesta en la frontera con Gaza

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