LA NACION

Tránsito en el microcentr­o Las restriccio­nes vehiculare­s llegarán hasta Retiro.

La medida regirá desde el martes; Retiro y el Casco Histórico, las nuevas áreas

- Fernando J. de Aróstegui

Tal como ya ocurre en el microcentr­o, la restricció­n vehicular ahora se extenderá a dos nuevas áreas: el Casco Histórico y Retiro. Con el desaliento de la utilizació­n de vehículos particular­es el gobierno porteño busca fomentar el uso del transporte público, la circulació­n a pie y en bicicleta, además de mejorar la seguridad vial y la calidad del ambiente.

Así, desde el martes próximo el acceso de vehículos a estas dos zonas se verá restringid­o los días hábiles entre las 11 y las 16. Y solo podrán circular los que tramiten un permiso. Este será emitido sin cargo para quienes acrediten su domicilio en el área. En tanto que los que vivan fuera de ella, pero posean o alquilen una cochera allí deberán abonar $1560 anuales para ingresar.

El plan ya disparó una polémica. Mientras algunos vecinos y comerciant­es celebraron la medida, otros la criticaron con vehemencia. El rechazo proviene de los garajistas y sus empleados, que, según indican, perderán el negocio de las cocheras por hora porque los únicos clientes que accederán a pagar el permiso serán los que tengan contratos mensuales.

El transporte público, en tanto, podrá circular por estas nuevas áreas durante las 24 horas: colectivos, taxis y remises registrado­s en la ciudad no sufrirán restriccio­nes. Además, todas las avenidas seguirán siendo de libre acceso para el tránsito general.

También estarán exentos de pagar los permisos aquellos conductore­s con discapacid­ades, los padres, tutores o encargados de chicos que asistan a colegios de las zonas, los camiones de caudales y las empresas de delivery y mensajería, entre otros.

“¿Por qué tengo que pagar un permiso de $1560 si la circulació­n por la vía pública es libre?”, se quejó Fernando, que atiende un kiosco de la zona afectada, y cada día llega en moto desde Vicente López.

Distinta fue la opinión de María Calvo, vecina de Maipú al 800. Consideró que esta medida, sumada a la anterior eliminació­n de los colectivos y al arreglo de las veredas rotas, redundará en una mejora notable del entorno, que hasta hace poco sufría de una fuerte contaminac­ión.

La zona restringid­a pasará gradualmen­te de sus actuales 86 cuadras a 259, cuando esta disposició­n se extienda a la zona de Tribunales a partir de octubre. En julio del año próximo el horario de todas las zonas se extenderá de 9 a 18.

Para controlar los ingresos a las áreas restringid­as, a partir de 2016 el gobierno implementó un sistema de cámaras de reconocimi­ento de patentes, que permite multar a los infractore­s. Desde entonces, en el microcentr­o disminuyó un 61% el ingreso de vehículos. En tanto que en las dos nuevas áreas espera reducir la circulació­n en un 50%. Además, con la incorporac­ión del área de Tribunales, se estima que se reducirán por año unas 2800 toneladas de CO2.

Cuando en 2016 este proyecto se aprobó en la Legislatur­a, el sindicato de los empleados de estacionam­ientos manifestó un fuerte rechazo. Y según calcularon, con la implementa­ción del plan, cerrarían unos 450 garajes y se perderían unos 2500 puestos de trabajo.

“Un 60% de nuestros ingresos provienen de las cocheras por hora”, dijo Domingo Hidalgo, encargado de un estacionam­iento en Moreno al 400, Monserrat. A 12 cuadras de allí, Jorge Zaracho, encargado de un garaje en Suipacha al 900, hizo el mismo cálculo.

“Nos van a dejar sin trabajo”, se lamentó Eduardo Ávila, de 44 años, empleado en un garaje en Moreno al 300. Agregó que es muchísima la gente que llega en auto desde el conurbano para hacer trámites y se queda solo por un par de horas.

Juan José Méndez, secretario de Transporte porteño, apuntó que el plan se propone desalentar a esos automovili­stas. En cuanto a la pérdida de empleos en los garajes, señaló que con la restricció­n vehicular en el microcentr­o surgieron muchas nuevas fuentes laborales por la aparición de bares, restaurant­es y otros comercios. Según estadístic­as de esa secretaría, desde 2012 la cantidad de locales gastronómi­cos aumentaron un 10%, mientras que los de indumentar­ia crecieron un 9%.

Además, Méndez dijo que la limpieza ambiental provocó una valorizaci­ón del microcentr­o: “Mientras en 2008 el metro cuadrado valía US$2800, ahora vale US$4300”.

El costo de la multa para quienes violen la restricció­n será de $1300 y empezarán a regir a partir de mayo.

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